Nemi, Italia. 23 de agosto de 2021. Después de un domingo de descanso, en que pudimos disfrutar de la tranquilidad de esta casa de Nemi, el Capítulo ha reanudado hoy sus tareas. Esta segunda semana, que se ha abierto con la adoración y celebración eucarística se promete intensa, cargada de trabajo y llena de experiencias. La Palabra del Evangelio nos ha recordado la importancia de ser coherentes: de buscar la unidad entre lo espiritual y el resto de las dimensiones de la vida personal y misionera. En la Eucaristía, animada por la provincia de Polonia, resonaban las voces de nuestra misión en el Este de Europa, Costa de Marfil y Burkina Faso.
El trabajo en el aula capitular se ha centrado en el tercer proceso de transformación propuesto por el Capítulo de 2015, que toca dos aspectos muy concretos de nuestro caminar cotidiano: la espiritualidad y la formación. Los prefectos generales de ambas áreas, P. Gonzalo Fernández y P. Joseph Mbungu respectivamente, han expuesto al inicio de la mañana el contenido de sus Memorias de actividad. Ambos han subrayado la relación estrecha que existe entre sus prefecturas. Siguiendo la metodología capitular, los ponentes han reconocido los logros e identificado algunos problemas comunes, que precisan soluciones compartidas. ¿Cómo estamos viviendo aspectos tan importantes como la calidad de la oración y la vida fraterna, la identificación con el carisma, la formación inicial y permanente, etc.? ¿Cuáles son las causas de nuestra tendencia al individualismo? ¿En qué medida hemos interiorizado las líneas de fuerza del nuevo Plan General de Formación? ¿Qué resistencias descubrimos en nosotros en lo que se refiere a aprovechar las invitaciones de formación y las posibilidades de crecimiento que la Iglesia y la Congregación nos brindan? ¿Qué nos falta?
El resto de la jornada se ha centrado en la búsqueda de respuestas a estos y otros interrogantes que nos afectan profundamente, porque tocan la calidad evangélica de nuestra vida. El discernimiento y la conversación han marcado el ritmo de las horas. El trabajo en los grupos, al final de la mañana, ha servido de base a un rico intercambio de inquietudes y propuestas en el aula capitular, que se ha prolongado hasta el momento de la oración de la tarde.
Los últimos momentos del día han abierto el camino a las conclusiones, o al menos las sugerencias para ir superando estas zonas de sombras. Los miembros del Capítulo apostaban por crear una cultura de crecimiento en la vida espiritual y en la formación permanente. Si descuidamos estos aspectos, nuestro deseo de estar arraigados y ser audaces puede derivar en una simple quimera.
En la sesión de la tarde, el P. Mathew Vattamattam ha informado que, tras hacerse una prueba PCR, uno de los capitulares había resultado positivo en covid-19. Por precaución, aun cuando nadie más ha presentado síntomas, se ha repetido a todos los capitulares el test al que ya se habían sometido al llegar a Roma. Gracias a Dios, en esta última prueba, todos los capitulares, excepto uno, han dado negativo. Por ello, hemos tomado las medidas necesarias para atender la situación acorde con el protocolo establecido. Con todas las cautelas y extremando la prudencia, la asamblea capitular seguirá adelante.
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