Finalizando los grados universitarios de biología y enfermería descubrimos la misión de Guille y Lucía -22 y 21 años-. Él todavía no encuentra una respuesta clara a por qué empezó a ser APJ, pues es algo que jamás imaginó, pero sí sabe que Dios a través de experiencias, momentos de desierto y la constante pregunta sobre qué querrá Él en su vida le guio hasta el nuevo servicio de coordinador de una de las etapas del proyecto de catequesis “Claret Joven”, con los adolescentes de 14 y 15 años. Un cargo que cuida con dos elementos fundamentales: la oración y la formación. Lucía, por su parte, y con mucha naturalidad comenta que su misión fundamental es “intentar amar a los chavales como Dios los ama, con sus defectos y virtudes” y desde su coherencia de vida y fidelidad al Evangelio poder ser reflejo de éste para los más pequeños. “Ser APJ es una responsabilidad que va más allá de una catequesis, se juega en la vida”.
Guillermo Vázquez and Lucía Muñoz