Con el término de este 2023 culmina también la conmemoración de los 150 años desde que el Venerable P. Mariano Avellana puso pie en el confín de América desembarcando en Chile.
Desde la Provincia Claretiana San José del Sur, que agrupa actualmente a las comunidades misioneras de Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay, se aglutinaron esfuerzos para que, utilizando los medios modernos de comunicación, en especial los telemáticos, con los escasos recursos financieros disponibles fuera posible proyectar hacia la amplia familia claretiana internacional el ejemplo admirable de uno de los mayores apóstoles que la “grande obra” del Padre Claret ha entregado al mundo.
De esta forma, el testimonio de la fuerza sobrenatural con que el emblemático propósito “O santo, o muerto” hizo posible a Mariano Avellana ofrendar 31 años incansables de vida a la misión confiada por el santo Fundador a sus hijos, confirmó mucho más allá de las fronteras americanas que la radicalidad en la evangelización como la soñó Claret, puede llegar a ser “heroica”, al sobreponerse durante décadas a sufrimientos que a muchos otros habrían autojustificado descansar, y hacerlo hasta caer rendido de muerte.
El Padre Mariano, al protagonizar así una suerte de martirio diario con que soportó durante sus últimos 20 años de misión incansable un herpes sumamente doloroso, al que se le sumó una herida creciente y nunca cicatrizada en una pierna, que lo atormentó por 10 años igualmente hasta morir, ofrece un testimonio homologable en cierta forma al de sus 184 hermanos de congregación hoy beatificados, que ofrendaron martirialmente sus vidas enfrentando las balas de sus asesinos en vez de renegar de su compromiso religioso y misionero.
De esta forma, el testimonio admirable del Padre Mariano como “misionero hasta el fin” ha podido trascender durante este 2023 la conmemoración sesquicentenaria de su llegada al confín de América, como digno de que toda la familia claretiana alrededor del mundo invoque al Señor implorándole el milagro que, como único requisito faltante, pueda dar paso a su glorificación terrena mediante la beatificación.
Incentivar así que se invoque su intercesión en casos extremos de enfermedades o accidentes, constituye para la familia claretiana un compromiso de gratitud hacia uno de los exponentes más cabales del carisma misionero claretiano, digno de mostrar desde los altares cómo la fidelidad a la voluntad del Señor en la propia vida puede sobrepasar, con la fuerza del Espíritu, las limitaciones humanas, hasta llegar al heroísmo.
Alfredo Barahona Zuleta
Vicepostulador, Causa Ven. P. Mariano Avellana