Roma. Del 13 al 16 de diciembre, en el Aula Magna de la Universidad Urbaniana de Roma, se ha desarrollado el XXXVII Congreso de Vida Consagrada, organizado por el Instituto de Vida Consagrada “Claretianum”.
El tema central de este año ha sido expresado de esta manera: «Un futuro para la vida consagrada ¿Aún tiene sentido consagrarse a Dios?»
Han participado cerca de 500 personas entre religiosos, religiosas e interesados en reflexionar sobre el acontecer y los desafíos actuales de la vida consagrada.
El Congreso fue inaugurado la tarde del martes 13 de diciembre con la presencia de Mons. Rino Fisichella, Presidente del recientemente creado Consejo para la promoción de la “Nueva Evangelización”. El Arzobispo ha valorado positivamente el aporte de la vida consagrada en los momentos claves de la historia de la Iglesia.
Las ‘relaciones’ `presentadas durante el Congreso han sido:
“Declive e renacimiento de los Institutos religiosos: una lección de la historia”, presentada por el Prof. Arturo Pinacho CMF;
“El futuro es ahora”, por las hermanas Giselle Gómez, Consejera General de la Compañía de Santa Teresa y Antonietta Potente, Teologa de la Orden de Predicadores;
“Mirad el futuro. Por qué aún tiene sentido consagrarse a Dios?”, por el Dr. Amedeo Cencini;
“La intercongregacionalidad y la misión compartida, fuente de vida y de futuro” por el Dr. Rino Cozza, Vicario episcopal para la vida consagrada de la Diócesis de Trento y Paola Bignardi, ex presidente de la Acción Católica Italiana;
“El ‘ars moriendi carismatica’ y la ‘capacidad autopoietica’ del carisma: una ‘leadership’ inteligente para los desafíos de nuestra época”, por el Prof. José Cristo Rey García Paredes CMF;
“Nuevos Institutos, uniones, fusiones, supresiones y ‘nuevas formas’, por el Prof. Giancarlo Rocca.
El último día, han sido expuestas, además, algunas “experiencias de renacimiento” de algunas comunidades de vida consagrada y se ha contado con la palabra de aliento de Mons. João Braz de Aviz, Prefecto del Dicasterio Pontificio para la Vida Consagrada (CIVCSVA).
El Congreso ha sido todo un éxito, representando para los Institutos de vida consagrada un grande desafío: el de aprender a vivir el presente con vitalidad y esperanza, dados los muchos signos con los que Dios sigue dejando en ellos las huellas de su paso y de la acción de su Espíritu.
