España. Hemos completado la tercera semana del Curso Escuela Corazón de María para Formadores. Ha estado más orientado hacia el interior pues hemos visitado lugares y reflexionado sobre la vida de los mártires de nuestra congregación en el 1936.
Una visita a la antigua universidad de Cervera, que albergó la congregación durante un tiempo de su período inicial de crecimiento, nos recordó la

visión y proyectos del P. Xifré. Nos imaginamos aquellos días en que los seminaristas, fervorosos jóvenes, corrían por los pasillos y patios con aspiraciones entusiastas por las misiones. El P. Palacios nos ha explicado cómo el P. Xifré tenía que prevenir las llamadas a su puerta de voluntarios que se ofrecían para reemplazar a los misioneros caídos en Guinea por causa de la malaria.

La visita a Mas Claret y la eucaristía celebrada allí nos han tocado profundamente. El P. Vila ha narrado a nuestra joven generación de formadores la historia de los mártires con la sabiduría de un veterano. Sus tumbas así como el lugar en que dispararon al mártir de castidad nos dejó impresionados. Los peores tiempos de historia parecen ofrecernos lo mejor de la Iglesia.

Nos quedamos en Barbastro, en el satuario de El Pueyo, pasando los días en visitar esos lugares empapados con la sangre de nuestros mártires, la capilla de sus restos y el museo. Los formatores se hanidentificado con la narración al verse implicados en la historia del martirio puesto que eran formadores y seminaristas como ellos. Veíamos todo con una perspectiva formativa, intentando descubrir los secretos de su fidelidad y perseverancia. En la capilla de sus restos, algunos no pudimos contener las lágrimas. (3 Fotos )

También visitamos la catedral y celebramos la eucaristía con el Obispo de Barbastro en la capilla del obispo mártir beato Florentino. Tuvimos reuniones para dialogar sobre cómo ofrecer a nuestros estudiantes en las casas de la formación la dimensión martirial de nuestro carisma. La hospitalidad de la comunidad de claretiana nos hizo sentirnos en casa propia.

De regreso a Vic, pasamos por Zaragoza a saludar a Nuestra Señora de Pilar y a visitar a nuestros hermanos especialmente a los de la casa asistencial. Esos claretianos ancianos nos impresionaron mucho. ¡Son iconos vivientes de nuestra vida misionera hechos realidad en las diferentes partes del mundo con alegría y celo!
Cuando regresamos, a todos nos daban vueltas muchos sentimientos profundos de la visita a los lugares martiriales.

Los formadores fueron recordando constantemente que las impactantes emociones de esta visita deben llevar a convicciones más profundas y a compromisos creíbles.