Los Misioneros Claretianos (Hijos del Inmaculado Corazón de María) nos hemos unido en los últimos días a la oración de la Iglesia por el Papa Benedicto XVI. Hoy agradecemos al Señor su larga vida de servicio al Evangelio y a la Iglesia.
Durante sus años como Obispo de Roma (2005-2013), Benedicto XVI dio muestras de apreciar profundamente la figura de nuestro fundador, San Antonio María Claret, y estimuló a la Congregación con su palabra y ejemplo. Como el P. Josep María Abella, entonces Superior General, expresó en 2013 cuando el Papa presentó su renuncia, nuestra Congregación agradece su profundidad espiritual, su servicio generoso y sabio a la Iglesia y al mundo, y de un modo particular su cercanía y orientaciones a la vida consagrada.
La vida y misión claretiana de aquellos años (2005-2013) fue enriquecida notablemente por su magisterio (Verbum Domini, Deus caritas est, Caritas in veritate…) y por su impulso a la atención a los jóvenes y al diálogo entre la fe, la razón y las culturas.
En diciembre de 2007, Benedicto XVI, que había invitado dos meses antes a los jóvenes a tomar al P. Claret como modelo, dirigió una afectuosa carta a la Familia Claretiana con ocasión del bicentenario de su nacimiento, evocando su amor incondicional a Cristo, su entrega sin reservas y su incansable obra evangelizadora, y calificando su vida, enseñanzas y ejemplo de “extraordinario patrimonio espiritual para toda la Iglesia”.
En 2009, el único Capítulo general de la Congregación celebrado durante su pontificado afirmó la interpelación profunda que los Misioneros Claretianos descubríamos en sus enseñanzas y en los sínodos celebrados en torno a la Eucaristía y a la Palabra de Dios. El Capítulo General de 2015, celebrado ya en tiempos del Papa Francisco, profundizó en la reflexión alentada por el sínodo sobre la nueva evangelización, convocado por Benedicto XVI, en unos años en los que la Congregación revivió con singular intensidad el sentido de la Misión y su centralidad en la vida claretiana.
La influencia del Papa Benedicto es también fácil de percibir en las opciones impulsadas por el Capítulo General de 2021, que ha insistido en la animación bíblica de toda pastoral y en la importancia de la Palabra de Dios, “luz y motor de nuestra vida misionera”. El pontificado del Papa Ratzinger, que aprobó la beatificación del P. Andrés Solá y de los mártires de Tarragona. Sigüenza y Fernán Caballero, impulsó también a la Familia Claretiana a profundizar en la fe y la fidelidad a la vocación misionera.
Los Misioneros Claretianos, al agradecer hoy a Dios Padre el don de la vida de Benedicto XVI, recordamos la invitación que nos dirigía en 2007:
“Os invito a profundizar en el tesoro de la vida y mensaje espiritual de San Antonio María Claret para transmitirlo a las nuevas generaciones, y a fomentar en vuestros corazones los grandes amores que guiaron la vida de Claret: la Palabra de Dios, la Eucaristía, la comunión eclesial, la adhesión al Papa y la devoción a la Madre de Dios”.
En los próximos días la Congregación expresará oficialmente sus condolencias al Papa Francisco.
