Vic, España. La solemnidad de san Antonio María Claret en este año 2021 cae en domingo. Es una hermosa oportunidad para compartir, con gozo, el rico legado espiritual y misionero de nuestro Padre Fundador con el Pueblo de Dios reunido en Asamblea litúrgica el Día del Señor.
La Prefectura General de Espiritualidad y Vida Comunitaria os ofrece estos materiales, que podéis adaptarlos a la realidad de vuestras comunidades, para la celebración del tradicional Triduo de preparación, tal como se recomienda en nuestros documentos (cf. Directorio CMF, 89).
Como este año está marcado por la reciente celebración de nuestro XXVI Capítulo General, os proponemos profundizar durante este Triduo en la figura de nuestro Fundador a la luz del mensaje central de la exhortación post-capitular Querida Congregación. Arraigados en Cristo, audaces en la Misión.
El papa Francisco, en el mensaje dirigido durante la Audiencia con los capitulares, manifestó: “Si quieren que su misión sea verdaderamente fecunda no pueden separar la misión de la contemplación y de una vida de intimidad con el Señor. Si quieren ser testigos no pueden dejar de ser adoradores. Testigos y adoradores son dos palabras que se encuentran en las entrañas del Evangelio: «Los llamó para que estuvieran con Él y enviarlos a predicar» (Mc 3,14). Dos dimensiones que se nutren recíprocamente, no pueden existir la una sin la otra”. De ahí que los dos primeros días del Triduo estarán centrados en estos aspectos fundamentales: el arraigo y la audacia.
El tercer día se centrará en el don de la alegría como una dimensión de la santidad, tal como la vivió nuestro Padre Fundador. Nos inspiramos en las palabras finales del mensaje de Papa. Nos recordó que la intensa vida espiritual que supone el arraigo en Cristo y la salida hacia las periferias propia de la audacia en la Misión, no pueden estar separadas del don de la alegría; por eso, nos dijo: “Sepan reírse en comunidad, sepan hacer chistes, y reírse de los chistes que cuenta el otro, no pierdan el sentido del humor. El sentido del humor es una gracia de la alegría y la alegría es una dimensión de la santidad”.
La pintura de Claret, hecha por nuestro hermano Maximino Cerezo en 1994 y colocada en la portada de este folleto, bien podría ser el icono del arraigo en Cristo y la audacia en la Misión de nuestro Padre Fundador, tal como lo propuso el cardenal Aquilino Bocos en su discurso dirigido al Capítulo. Los pies del misionero están firmemente arraigados en Cristo, que es la “roca” sobre la que construye toda su vida. Su brazo extendido lleva con audacia a todos los pueblos la presencia de Cristo representada en la cruz. Y se puede añadir, en sintonía con el mensaje del Papa, que el Evangelio sostenido con el otro brazo, es la fuente de la luz y la alegría que se esparcen a su paso.
Celebramos este Triduo todavía en tiempos de pandemia. Pongamos en el corazón de Dios a toda la humanidad y de manera especial a los que sufren sus consecuencias más de cerca; que la intercesión de san Antonio María Claret nos ayude a superar esta fuerte crisis y aprendamos de él a ser constructores de un mundo más fraterno y solidario.
