Ciudad del Vaticano. El 2 de febrero de 2022, la Iglesia celebró la fiesta de la Presentación del Señor y junto a ello, la XXVI Jornada Mundial de la Vida Consagrada. Una fecha especial para todos los que somos parte de esta vocación dentro de la Iglesia.
El Papa celebró la Santa Misa en la Basílica de San Pedro con un aforo limitado por razón de la situación pandémica. Durante esta celebración el Papa acostumbra a dirigirnos unas palabras de aliento a la Iglesia para ayudarnos a seguir siendo fieles a la vocación recibida. Este año nos lanzó tres preguntas a raíz del evangelio proclamado donde aparecen Simeón y Ana esperando en el Templo Lc 2,26-28).
¿Qué es lo que nos mueve?
El Espíritu Santo como centro de todo. Y frente a los aires de grandeza y aspiraciones mundanas, nos invita a seguir fijándonos como consagrados en lo pequeño, lo frágil, lo último de este mundo. Dice al respecto: “Pensemos en la cruz, también ahí hay una pequeñez, una fragilidad, incluso un dramatismo.” … “Nosotros a veces corremos el riesgo de concebir nuestra consagración en términos de resultados, de metas y de éxito.”
¿Qué ven nuestros ojos?
Dos consagrados pueden estar mirando la misma realidad, y sentirla y vivirla de forma diametralmente opuesta. Y es que según en qué nos fijamos, qué priorizamos, a qué le damos importancia, cambia nuestro discurso. El papa nos invita a reflexionar sobre este punto: “Cada uno de nosotros puede preguntarse: ¿Qué ven nuestros ojos? ¿Qué visión tenemos de la vida consagrada? El mundo la ve muchas veces como un “despilfarro”: “Pero mira, aquel chico tan bueno, hacerse fraile”, …
Nos anima también a beber de la sabiduría de nuestros hermanos mayores: “[id] ir a visitar a nuestros hermanos religiosos y religiosas mayores, para mirarlos, para conversar con ellos, para preguntarles, para saber qué es lo que piensan.”
¿Qué estrechamos en nuestros brazos?
Y finalmente concluye recordándonos de nuevo que tenemos que cuidar nuestra capacidad de asombro. “Si nos falta el asombro, no es porque seamos víctimas de alguien o de algo, el verdadero motivo es que ya no tenemos a Jesús en nuestros brazos” … “Es triste ver consagrados amargados, que viven encerradosen la queja por las cosas que no van bien, en un rigor que nos vuelve inflexibles, con aires de aparente superioridad”.
Video resumen: Vatican News
Homilía completa: vatican.va
(Escrito por José Enrique García, CMF. Foto de Edgar Alejandro Salgado Tapia, CMF)