Bata, Guinea Equatorial. El Noviciado de la Delegación Padre Xifré celebró su semana claretiana del año académico 2019-2020 y lo hizo del 10 al 15 de febrero de 2020. La semana claretiana tiene lugar en el Noviciado desde hace años y se realiza para ayudar a los Novicios a profundizar en el conocimiento de nuestro carisma y misión. Normalmente se celebra dentro del día de la conmemoración (11 de febrero) de la inauguración de la “primera casa de formación” establecida en África y, en concreto, en Concepción-Riabba en 1956. Lo que ha sido particular en la celebración de este año es que ha sido la primera vez que se ha realizado en este Noviciado actual desde el día de su transformación como Noviciado Internacional.
“La misión claretiana en África” fue el tema de este año destinado a hacer que los formandos vean cómo hacer que el espíritu misionero de Claret esté presente en África hoy, y evangelizar mejor a través del servicio misionero de la Palabra por todos los medios posibles teniendo en cuenta los actuales desafíos del continente.
Compartieron sobre el tema de la primera misión de 1883 en Guinea Ecuatorial hasta la actual coordinación, como Conferencia de ACLA, de las misiones en África. Es un hecho que de aquella misión de 1883 surgieron y se fundaron otras misiones: Nigeria, Camerún, Gabón. Es revelador el hecho de que existe la necesidad de imitar el celo apostólico de aquellos nuestros hermanos que supieron combinar la proclamación de la Palabra de Dios con la promoción humana.
Algunos de los nuevos desafíos de la misión africana de hoy son: sincretismo religioso, promoción vocacional, desigualdades sociales, pobreza, injusticias, violación de los derechos humanos, la misión profética, la interacción de ciertos gobiernos con la Iglesia local, la poca participación en el misión, la autofinancición y sostenibilidad de las misiones, etc. -. Y estos retos necesitan una respuesta conjunta, tanto en el conjunto de ACLA como en la conciencia personal, de cara a vivir nuestro carisma hoy sabiendo que “sin corazón, sin ternura, sin amor, no hay profecía creíble“.
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