El quinto día ha sido el inicio de una nueva etapa en este encuentro; la liturgia estuvo animada por los hermanos de ECLA que nos acompañaron a través de la diversidad de lenguas y culturas europeas.
Tras el desayuno, la oración inicial de la sesión de la mañana (basada en Lc 14,28-33) nos dio una clara pista del camino que teníamos por delante en esta jornada: el arte de planificar y de discernir el coste.
Comenzamos con una presentación de nuestro hermano Henri Omonisaye, vicario de la congregación, del camino del Gobierno General hacia el Plan de Acción 2022-2027. Se reunieron en Vic, zona cero de la congregación, durante dos semanas a finales de octubre de 2021 y a partir de la oración y la reflexión y de un proceso de cooperación y trabajo en equipo, dieron a luz este Plan de Acción que ahora presentan a los superiores mayores. Junto con las percepciones del 26º Capítulo General, algunos compromisos (11) -nacidos en el proceso de reflexión de Vic- fueron añadidos en el plan para un total de 171 acciones.
Henry continuó compartiendo una nueva cosmovisión congregacional, un cambio de paradigma, una nueva geometría, ¡una revolución copernicana! El organigrama de la congregación se actualizó en uno “tipo constelación” que articula más claramente los 3 principios de un buen y eficaz gobierno: subordinación, subsidiariedad y complementariedad; un cambio de un enfoque desde un pensamiento lineal a uno más sistémico, menos estático y más dinámico. En el diálogo posterior, Matthew Vattamatam “confesó” que el gobierno general no lo tiene todo claro, vamos paso a paso… o como dijo Deng Xiaoping, estamos cruzando el río tanteando las piedras.
El resto de la mañana y la tarde se dedicaron al tercer proceso de transformación “Hombres que adoran a Dios en Espíritu” ya que este arraigo en la fuente divina es la clave para una misión y vida comunitaria testimonial y audaz.
Carlos Sánchez, prefecto de Espiritualidad, hizo una exhaustiva presentación del trabajo que tiene por delante y de los principales pilares y herramientas que utilizará la prefectura durante el sexenio. Definió la tarea principal de la prefectura como la animación del arraigo de nuestra fe en Jesucristo en diálogo con la Iglesia y al servicio del mundo. Los pilares para esta animación son:
- el énfasis en la cultura del discernimiento,
- el proyecto personal,
- acompañar las situaciones de crisis,
- y promover una conversión integral que nos acerque a los pobres.
La mañana terminó con 45 minutos en pequeños grupos para compartir los ecos suscitados por la presentación.
La tarde, tras una oración inicial por los enfermos y difuntos, se dedicó a la formación, el otro polo de este tercer proceso de transformación. El Prefecto General de Formación, Joseph Mbungu-Mutu, comenzó preguntando a los presentes “¿cómo podemos formar misioneros arraigados y audaces, y con sentido familiar de congregación?” Seguidamente, procedió a proponer una respuesta a esta pregunta con su presentación.
Un trabajo importante de la prefectura será acompañar la actualización de los planes de formación de los Organismos Mayores en línea con la visión presentada en el nuevo Plan General de Formación (2020). Tres palabras definen esta nueva visión de la formación: integral, personalizada e intercultural. Todavía hay mucho espacio para avanzar en nuestros procesos de formación claretiana:
- Es necesaria una mayor interdisciplinariedad en la formación, que sea capaz de afrontar y atender la realidad multifacética del ser humano;
- también es necesario prestar más atención a la vocación específica a la que estamos llamados como claretianos, en particular la del hermano.
- Por último, como congregación nos falta conseguir una “cultura claretiana de formación permanente” que se convierta en una segunda naturaleza inalienable para todos y cada uno de nosotros, misioneros.
Mantener los programas de “formación de formadores” a nivel del Gobierno General y de conferencias es una herramienta indispensable para unir todos los engranajes que permiten que la constelación claretiana gire y avance.
Después de la presentación tuvimos otros 45 minutos para compartir en pequeños grupos las impresiones y ecos.
El día terminó con la oración de la tarde y los paseos por el jardín después de la cena; lamentablemente, las nubes en el cielo ocultaron las constelaciones de nuestra vista.
Francisco Carin, CMF, cronista del día