India Con el objetivo de renovar nuestra identidad carismática, el Prefecto General de Espiritualidad, P. Gonzalo Fernández, invitó a los organismos de habla inglesa a organizar «La Fragua».Como respuesta a esta llamada, se reunieron en Claret Nivas, Bangalore, durante dos meses (en lugar de los 4 habituales), julio y agosto, 18 claretianos de 6 organismos (6 de Bangalore, 4 de Chennai, 2 de Santo Tomás, 3 de Noreste de la India, 2 de Nigeria y 1 de Sri Lanka).
El P. S. Jesu Doss, miembro del equipo CESC de Vic, fue el animador de esta primera Fragua. La presencia al inicio de los superiores mayores animó a los participantes en la experiencia Fragua: el 1 de julio presidió la Eucaristía el provincial de Santo Tomás, P. Augustine Mundiath; acabada la Misa, el provincial de Bangalore, P. Xavier Manavath, nos habló sobre la importancia de esta experiencia en la formación permanente. Durante estos dos meses los participantes participaron activamente en los dinamismos propios de las cuatro etapas del: Quid Prodest, Patris Mei, Caritas Christi y Spiritus Domini. Las dinámicas de los primeros días, centradas en el Quid prodest, les ayudaron a conocerse y les animaron a comprometerse en las etapas siguientes. La práctica diaria de la Lectio Divina contribuyó a afirmar la identidad Claretiana de cara a la Palabra de Dios. Los diez días de Ejercicios Espirituales, en el monasterio benedictino de Kengeri, revitalizaron la experiencia de Dios y la vocación misionera. Los dinamismos de la tercera etapa, Caritas Christi, con sus aspectos congregacionales, ayudaron a darse cuenta y profundizar vivencialmente los consejos evangélicos y la vida comunitaria.
La última etapa, Spiritus Domini, estuvo muy centrada en nuestra vocación especial como Servidores de la Palabra de Dios. El proceso de personalización a lo largo de estas cuatro etapas ha servido para escribir los proyectos personales, que ayuden a mantener el fuego de la Fragua en la vida misionera diaria. El 31 de Agosto terminamos esa experiencia de reiniciación en nuestra identidad claretiana con una Eucaristía de acción de gracias.
