Córdoba, Argentina. El 6 de enero de 2024, fiesta de la Epifanía, nueve novicios claretianos que habían vivido su año de discernimiento, formación y dedicación a Dios a través de la Congregación en el Noviciado Claretiano de América profesaron sus primeros votos religiosos de pobreza, castidad y obediencia en una hermosa celebración celebrada en la capilla CEFyT en Villa Claret, en la ciudad de Córdoba. La ceremonia fue presidida por el Padre Pedro Belderrain, CMF, Prefecto General del Apostolado.
Varios Superiores Mayores de Organismos Mayores Claretianos en América estuvieron presentes durante la profesión. Entre ellos se encontraban el Padre Mario Gutiérrez, CMF (San José del Sur), el Padre Eguione Noguera, CMF (Brasil), y el Padre Fausto Cruz Rosa, CMF (Antillas). Además, todos los claretianos de las casas de Córdoba, las familias y amigos de los novicios que se habían encontrado con ellos durante sus apostolados y misiones en diferentes lugares de Argentina también estuvieron allí para acompañarlos durante este paso vital en su vida y formación misionera.
Los nuevos claretianos de América son: Joel Polanco e Indalier Salas, CMFF (Delegación Independiente de Antillas), Marlon Pellenz y Joel Beltrame, CMFF (Provincia de Brasil), Esteban Duarte, Jamin Suarez y Juan Pablo Espinosa, CMFF (Provincia de Colombia Oriental-Ecuador), Nelson Freitas, CMF (Provincia de San José del Sur). Entre ellos se encontraba también el estudiante Samuel Abelaira, CMF de la Provincia de Fàtima de España, quien, en nombre de sus compañeros, agradeció a los padres de los estudiantes Claretianos recién incorporados, así como a las diversas personas que habían sido parte de su camino, incluyendo el equipo de formadores compuesto por los Padres Francisco San Martín, Marcio Sousa, y el Maestro Marcos Garnica, CMFF.
Tras la celebración litúrgica todos los asistentes pasaron a un compartir fraterno al noviciado en el que se disfrutó de un rico almuerzo amenizado por la nueva comunidad de los 19 nuevos novicios que el día anterior iniciaron oficialmente su noviciado.
Con mucha alegría encomendamos en nuestras oraciones a los nueve neoprofesos que acogieron como Madre y Maestra a la Bienaventurada Virgen María, que fue la primera discípula de Cristo y que ya viajan a sus distintos países de origen a seguir colaborando en la construcción del Reino de Dios, siguiendo a Jesús al estilo del Padre Claret.