Nueva York, EE. UU. Tres religiosas de María Inmaculada (Misioneras Claretianas) y seis laicas claretianas, provenientes de India, Sri Lanka, R. D. Congo, Uruguay, Colombia, Ecuador, Panamá, Guatemala, y una joven musulmana de Indonesia, formaron la delegación claretiana de la Fondazione Proclade Internazionale-ONLUS que participó en el 65º período de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de la ONU (CSW65).
Del 15 al 26 de marzo, representantes de los Estados miembros de la ONU, entidades de la ONU y organizaciones no gubernamentales (ONG) acreditadas ante el Consejo Económico y Social (ECOSOC) asistieron a esta sesión que, debido a la pandemia del COVID19, se celebró de forma virtual. El tema prioritario de la sesión de este año fue «la participación plena y efectiva de las mujeres y la toma de decisiones en la vida pública, así como la eliminación de la violencia, para lograr la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas». En la sesión de este año también se evaluaron y debatieron las conclusiones de la 60ª sesión (2016), «El empoderamiento de las mujeres y su vínculo con el desarrollo sostenible».
El formato online permitió la participación de muchas personas. Además de las sesiones oficiales, hubo cientos de actos paralelos organizados por organizaciones de la sociedad civil. La Plataforma Virtual de ONG de la CSW65 acogió a 25.000 voces que organizaron y participaron en dichos actos.
Proclade Internazionale también presentó una declaración conjunta con Coalición por la Justicia de los Religiosos (JCoR) para la CSW65. Para quienes formaron parte de la delegación de Proclade -su primera participación en un evento de esta magnitud- fue una oportunidad importante para conocer la situación de las mujeres en el mundo, así como para informarse de la variedad de experiencias de trabajo en los distintos países y regiones.
Al resumir su participación en esta sesión de la CSW65, la delegación expresó su gratitud por este «espacio que nos permitió escuchar diversas posiciones, incluso aquellas con las que no estamos de acuerdo». Además, les permitió escuchar «las voces de mujeres, adolescentes y niñas cuyos derechos han sido socavados y reconocer que, durante la actual pandemia, la violencia en sus múltiples facetas ha aumentado exponencialmente, no sólo en los países empobrecidos sino también en los considerados desarrollados». «Fue una oportunidad para unirse a diferentes grupos y redes que trabajan en defensa de la dignidad de las mujeres», concluyeron.