Roma, Italia. Del 1 al 4 de febrero de 2024, más de 300 delegados de la Vida Consagrada de todo el mundo, procedentes de más de 60 países, se reunieron para un encuentro preparatorio del Jubileo 2025. La convocatoria incluyó a un religioso y una religiosa, así como a un miembro de un Instituto secular y una consagrada del Ordo Virginum de cada nación.
Los Misioneros Claretianos acompañaron este importante evento eclesial, con representantes provenientes de diversas partes del mundo: el P. Gabriel Isaías CMF de Angola, el H. Henry Omar Hernández CMF de Honduras, el H. Ezequiel Takaya CMF de Argentina y el P. José Enrique G.R. CMF de Roma, quien trabajó junto al Equipo de Comunicación del Dicasterio.
Este encuentro marca una nueva etapa en el camino hacia el Jubileo del 2025, destinado a compartir vivencias y misiones, con el propósito de volver a sus respectivos países con el encargo de seguir siendo agentes de reconciliación entre los pueblos.
El lema del Jubileo para la vida consagrada, “Peregrinos de esperanza, por el camino de la paz”, refleja la urgente necesidad de paz en nuestros tiempos. Este lema responde al llamado del Papa Francisco para crear, a través de este camino jubilar, un ambiente de esperanza y confianza como señal del renacimiento que la humanidad entera anhela.
El programa del evento se desarrolló en torno a cuatro temas principales: el 1 de febrero se centró en “Creer en la esperanza”, ofreciendo un espacio sinodal para compartir y reflexionar sobre las diferentes realidades territoriales; el 2 de febrero, “Crecer en la caridad”, contó con plenarios acompañados por el Padre Paulin Batairwa Kubuya, SX, Subsecretario del Dicasterio para el Diálogo Interreligioso, y la Hermana Alessandra Smerilli, FMA, secretaria del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, culminando con una Eucaristía en la Basílica de San Pedro presidida por el Papa Francisco en la festividad de la Presentación del Señor y el Día de la Vida Consagrada; el 3 de febrero, “Con la fuerza de la fe”, se dedicó a un día de peregrinación en comunidad por las basílicas e iglesias romanas, donde se compartieron testimonios de fe de los participantes; finalmente, el 4 de febrero, “Testimoniar la esperanza”, concluyó con una evaluación final y la entrega del encargo a los participantes.
Este Jubileo representa un evento de profunda importancia espiritual, social y eclesial, donde el pueblo de Dios busca experimentar el perdón y la misericordia divina. A lo largo de la historia de la Iglesia, los jubileos han marcado hitos en su camino, y de manera similar, las personas consagradas están llamadas a ser testigos y profetas de esperanza y paz, especialmente en este próximo Jubileo. Los Misioneros Claretianos siguen comprometidos con la Iglesia en este camino.
Fuente: Hno. Ezequiel Takaya CMF, participante de Argentina.