New York, EE.UU. “La falta de vivienda es una forma nociva de discriminación sistémica y exclusión social. Es un fenómeno global que afecta a personas en todas partes, en países desarrollados y en desarrollo; en áreas rurales y urbanas”, dijo Liu Zhenmin, Subsecretario General de Asuntos Económicos y Sociales (ECOSOC) en la inauguración de la 58ª sesión de la Comisión para el Desarrollo Social (CSocD58).
Esta quincuagésima octava sesión de la comisión tuvo lugar del 10 al 19 de febrero de 2020 en la sede de las Naciones Unidas en New York. Esta Comisión es el órgano asesor responsable del pilar de desarrollo social del desarrollo global. El tema prioritario de la sesión de este año fue: «Vivienda asequible y sistemas de protección social para todos para abordar la falta de vivienda«.
Los PP. Nnamdiogo Ebem (Nnamdi) de la Provincia de USA-Canadaá, Rohan Dominic y Henry Ramirez Soler CMFF han participado en la Comisión que representa a la Fondazione Proclade Internazionale-onlus (FPI-onlus), la presencia claretiana en la ONU. Durante la comisión, FPI-onlus ha copatrocinado un evento paralelo que fue organizado por la Misión Salesiana bajo el título «Juventud sin hogar: Interrogando las brechas políticas y el vacío legislativo». En diferentes partes del mundo, los misioneros claretianos están involucrados en proporcionar viviendas asequibles y seguras a miles de personas pobres. Nuestra Congregación también está a la vanguardia en la construcción de casas para las personas afectadas por las calamidades naturales en muchos lugares afectados por desastres. Al comentar sobre su experiencia en la ONU, el P. Nnamdi dijo: “Fue una buena experiencia ser parte de la discusión sobre temas pertinentes que afectan a millones de personas en el mundo. La falta de vivienda es un desafío social a nivel mundial. Pero es solo un síntoma de estructuras sociales y económicas fallidas a nivel global. Muchas órdenes religiosas están profundamente involucradas en abogar por el cambio. La ONU nos brinda un foro para tener impacto en los problemas que afectan a millones de personas en el mundo. Como misioneros claretianos, apoyemos a nuestros hermanos que trabajan con la ONU”.
Por primera vez en la historia de las Naciones Unidas, se está abordando la cuestión de acabar con la falta de vivienda y la vivienda asequible y segura para todos. La falta de vivienda es un problema global que afecta a todos los países. Dado que la falta de vivienda nunca se discutió en la ONU, hay una falta de definición y medición universalmente aceptadas. Éste es el primer desafío para abordar la falta de vivienda. Esta falta de comprensión clara de la falta de vivienda también hace que sea extremadamente difícil contar a la población sin hogar. Por lo tanto, no hay datos fiables disponibles para abordar el problema a nivel mundial y nacional.
En uno de los paneles, Mark McGreevy, fundador del Instituto Global de Personas sin Hogar de la Universidad DePaul en los Estados Unidos, quien moderó el debate, dijo que la falta de vivienda es claramente un tema multifacético que necesita una definición común y mejores datos globales. Afirmó que en todo el mundo se estima que 100 millones de personas sufren de falta de vivienda en la calle, 15 millones son desalojados de sus hogares anualmente, 1.600 millones viven en condiciones inadecuadas y otros 883 millones viven en barrios marginales. Escuchar a las personas sin hogar, que comprenden mejor el desafío, es crucial, dijo, y agregó: «Ignoramos su voz a nuestro propio riesgo».
Las ONG religiosas católicas, incluida la familia vicenciana y UNANIMA International, iniciaron hace dos años la formación del Grupo de trabajo de ONGs de la ONU para poner fin a la falta de vivienda, y propusieron una agenda relacionada con la erradicación de la falta de vivienda que se presentará en una Comisión de la ONU. Finalmente, con el apoyo de muchos estados miembros, la Comisión de Desarrollo Social ha elegido la vivienda asequible como tema prioritario para 2020.
La resolución final de la comisión instó a los gobiernos a nivel nacional y local a mejorar el acceso a viviendas más asequibles en las comunidades. Esto, sugirieron, se puede hacer a través de medidas sociales específicas y políticas formales sobre la construcción y distribución de opciones de vivienda seguras a precios razonables para que aquellas personas sin medios puedan acceder a esas opciones en el mercado abierto. La declaración también pidió el fin de la discriminación y los estereotipos negativos de las personas sin hogar al proponer que las leyes, la promoción y las campañas de sensibilización se implementen a niveles de base.
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