Queridos hermanos:
El primer día de febrero es el día de la memoria de todos nuestros mártires claretianos. Los recordamos y damos gracias al Señor por su fidelidad hasta el final. Su recuerdo nos desafía a ser fieles en todo, empezando por las pequeñas fidelidades de nuestra vida cotidiana. Muchas veces pienso con admiración en la cultura misionera de las comunidades de nuestros mártires y de toda la Congregación, que afrontaban con valentía las actitudes políticas y sociales hostiles hacia la Iglesia que dominaban entonces. Era una postura profética. Veían la vida y su finalidad a través de una lente diferente a la de las ideologías del momento. Nuestros hermanos prefirieron abrazar la muerte antes que renunciar a Cristo para complacer a otros.
Nos hemos consagrado a Dios como Misioneros Claretianos para cumplir el objetivo para el que Dios suscitó la Congregación en la Iglesia. El día de nuestra profesión lo pronunciamos con valentía. Detrás de ese acto hay una forma alternativa de ver las cosas, una visión profética, diferente a la lógica del mundo. Un profeta ve las cosas desde la perspectiva de Dios y siente el dolor de Dios que sufre por su pueblo. Jesús vivió plenamente esta visión alternativa. Para Claret, la misión profética de Jesús fue el eje central de su experiencia apostólica y la fuente de su inspiración (cf. MCH 58).
Al recordar el martirio de nuestros hermanos os invito a reflexionar sobre la dimensión profética de nuestra vocación misionera. ¿En qué grado nuestra forma de ver el mundo, a los demás y a Dios es diferente de la visión secular que te rodea? ¿Hasta qué punto nuestra mentalidad se acerca a la de Jesús, tal como se refleja en los Evangelios? Este examen de conciencia puede animar nuestra preparación para el XXVI Capítulo General. En un momento de grandes cambios a todos los niveles necesitamos explorar qué hay de profético en nuestra vida y misión actuales, y cómo podemos hacer nuestra la visión de Jesús sobre la humanidad.
Pidamos por la intercesión de nuestros hermanos mártires el don de la fidelidad a nuestro carisma profético. Os deseo una honda celebración de la memoria de todos los mártires claretianos.
Mathew Vattamattam, CMF
Superior General
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