Colmenar Viejo, España. Al finalizar la tercera fase programada en la escuela de formación, los participantes han visto lo reglamentario a la parte formativa, iniciando con el Plan General de Formación, la profundización en cuanto a la Iniciación en el Ministerio de la Palabra, el discernimiento, la justicia, la paz y la integridad de la creación; y lo que tiene que ver con el derecho y la formación.
Con la debida preparación de lo fundamental que debe tener en cuenta un formador Claretiano a nivel congregacional, se hace gala del llamado que hacen las Constituciones en el numeral 77 cuando expresa: “el cargo de Prefecto es muy importante por su fin y por sus consecuencias” y si se quiere misioneros idóneos, se debe tener mucho más, formadores preparados para realizar la tarea a la que han sido llamados.
Este numeral 77 de las Constituciones hace un llamado Congregacional para que se destinen los recursos necesarios y personal requerido para realizar esta labor misionera. La cualificación de misioneros formadores debe ser una apuesta Congregacional prioritaria y sobre todo, los Organismos deben tener esto presente, para que puedan seguir cualificando a quienes tienen este papel tan importante en la Provincia, haciendo lo necesario para proveerlos de las herramientas que necesitan con miras a realizar bien el arte de formar a los futuros misioneros de la Congregación.
Además de la Congregación y la Provincia, el misionero destinado para tan grande responsabilidad debe preocuparse de ser el mejor en su campo y por eso continúa mencionando el numeral 77 las Constituciones “… a quien se encomiende cargo de tanta importancia, instrúyase bien es su oficio y procure desempeñarlo con toda solicitud”. Que como María puedan acoger todo esto en el corazón y hacer realidad lo que Jesús les sigue pidiendo a cada instante: “Id y haced discípulos (Mt 28, 19)” para sacar adelante esta grande obra, que hace presente el Reino de Dios en medio de aquellos que lo necesitan vivo y actuante hoy.