Haití.
Querido Dr. Alvelo:
Mil gracias por el email y sobre todo por ayudarme a secar las lágrimas de impotencia ante una devastación apocalíptica. Su presencia con todo el
equipo y grupo de AMAR me llenaron de alegría y satisfacción y como decía «llegaron donde nadie había llegado, ni las cámaras ni CNN». Ustedes fueron los primeros y hasta ahora los únicos que llegaron hasta Nazon/Coquillot para socorrer a las personas heridas y devastadas mirando y esperando o la muerte o la suerte y les llegó la suerte.
El barrio de Nazon nunca olvidará la labor y riesgo de ustedes, el riesgo de llegar a un lugar de «los muertos», el riesgo de respirar el olor a muerte, terrible y fuerte, trabajar entre polvos y humos, al aire libre; atender a muchas personas sin comer, brindarles un amor gratis y desinteresado. Mil gracias.
Ustedes me hacen disfrutar del hecho de ser misionero. No puedo recordar los nombres de todos pero sus rostros sí están grabados en mi corazón. Le decía que perdimos la Iglesia edificio de Nazon (como lo vieron ) pero no perderemos la fe y con una solidaridad fuerte como la de AMAR es de agradecer y seguiremos contando con su apoyo.
Que el buen Dios les premie de este sacrificio y les dé más fuerza, energía y alegría para seguir dando testimonio de amor a los más necesitados. Mis saludos a todos y a cada uno de ustedes.
Un abrazo fuerte,
P. Anistus Chima, cmf.