Hermanos de MICLA:
Este Encuentro de ‘Evangelizadores en las Periferias’ nos ha confirmado en el caminar que vamos realizado en América. Hace 50 años, con la Conferencia General del Episcopado Latinoamericano celebrada en Medellín, el Espíritu nos marcó el camino desde el clamor de los pueblos marginados y empobrecidos. A ejemplo de Jesús, como Claret, experimentamos que el Espíritu nos ha capacitado y enviado a evangelizar y solidarizarnos con las periferias de nuestro tiempo y sus causas. Nos sentimos llamados a responder con esas acciones pastorales que, fieles a nuestro patrimonio espiritual, hacen presente la Justicia, la Paz y la Integridad de la Creación.
Queremos comprender nuestras intuiciones misioneras como respuestas a los signos del Espíritu que nos desafía, no a la auto-referencialidad de personas y organismos locales. Desde los impulsos del Espíritu vamos realizado nuestra ‘caminhada’ misionera en América, acompañando situaciones y rostros sufrientes a causa de la migración, el extractivismo, y la violación de los derechos humanos y de los pueblos originarios.
Nos siguen inspirando nuestros mártires de ayer y de hoy. Ellos nos impulsan a profundizar nuestra presencia y acompañamiento en las periferias, donde sigue en juego la vida. El testimonio martirial de Mons. Romero nos ha recordado cómo nuestro ministerio profético de la palabra nos debe llevar a la entrega total.
Quienes participamos en este Encuentro nos hemos llenado de alegría al comprobar que en muchos lugares de la Congregación vamos encontrando sintonía en la única misión del Espíritu, y en las opciones, acciones y búsquedas.
Animamos a nuestros misioneros jóvenes, especialmente a quienes están en los procesos de formación y en la pastoral juvenil, a que sigan sus búsquedas animados e interpelados por la esperanza de los empobrecidos. Confiamos que la participación como Familia Claretiana en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ+fc), en Panamá 2019, sea un momento para resaltar la Iglesia de los pobres y de los mártires y dar nuevo impulso a nuestro trabajo misionero en y desde las periferias.
Sigamos siendo testigos de ese cántico de María desde las periferias, que nos impulse a acompañar de cerca las realidades de los que se encuentran en los márgenes, de los que no cuentan para este sistema productor de miseria. Cantemos la misericordia de Dios desde nuestro testimonio de vida en comunidad y en salida misionera.