Movimiento de los Seglares Claretianos (M.S.C.)

“En estos últimos tiempos parece que Dios quiere que los seglares tengan una gran parte en la salvación de las almas” (S.Antonio Mª Claret)

El Movimiento de Seglares Claretianos tiene su origen en los grupos de laicos que San Antonio María Claret creó en orden a la evangelización­. Entre estos grupos destacan: la Hermandad del Corazón de María (1847), la Hermandad de la Doctrina Cristiana (1849), la Academia de San Miguel (1858), y las Bibliotecas Populares y Parroquiales (1864). En este mismo año proyectó crear una asociación denominada Archicofradía del Corazón de María, que él concibió como un gran ejército de evangelizado­res con tres cuerpos: Los Misioneros Hijos del Corazón de María, entregados a la evangelización itinerante, los Clérigos Seculares, que realizarían la misión apostólica a través de estructuras de evangelización fijas y estables, y los seglares.

La muerte de Claret (1870) y la difícil situación creada a la Iglesia española a partir de la revolución de 1868 hicieron muy difícil la supervi­vencia de los grupos de seglares creados por Claret. Efectivamente, en el transcurso de pocos años desaparecieron todos. Desaparecieron los grupos, pero continuaron existiendo muchos seglares que, animados por el espíritu de Claret, cooperaron a la obra de la evangelización, generalmente al lado de los Misioneros Claretianos.

El proceso de reorganización del laicado claretiano se inicia en el año 1938 por obra del Superior General de los Misioneros que crea la asociación de Colaboradores Claretianos. Esta asociación, concebida como “obra propia” de la Congregación, fue aprobada por la Santa Sede en 1943. En sus estatutos se dice que pueden ser Colaboradores Claretianos quienes quieran vivir según el espíritu de la Congregación y colaborar en su apostolado.

A partir de 1972 los Colaboradores Claretianos pasan a llamarse Asociados Claretianos. El Capítulo General de la Congregación correspon­diente a 1973 dice que son Asociados Claretianos los clérigos y laicos que participan del carisma claretiano y que se comprometen, en grados diversos y de un modo permanente, a vivirlo en comunión con la Congregación de Misioneros.

En 1979 toma el nombre de Seglares Claretianos. El Capítulo General de este mismo año imprime una nueva orientación al laicado claretiano. Afirma que la promoción del laicado claretiano se ha de hacer, no por las necesidades o los intereses de la Congregación, sino por el valor que en sí misma tiene la vocación laical claretiana, es decir, para secundar la acción del Espíritu que desde el principio ha llamado también a los laicos a realizar la misión claretiana.

Los seglares y los religiosos son dos maneras diferentes de ser claretianos. Los seglares claretianos no participan del carisma de la Congrega­ción, como se decía en etapas anteriores, sino del carisma y misión de Claret.

Website: http://www.seglaresclaretianos.org