Abuja, Nigeria. La 5ª Conferencia Teológica Internacional del Instituto de Vida Consagrada en África no podía llegar en mejor momento, teniendo en cuenta la creciente preocupación planteada por el Santo Padre, el Papa Francisco, sobre la necesidad de un Sínodo sobre la Sinodalidad en la Iglesia universal, un proceso de dos años que fue iniciado por el Santo Padre, conocido oficialmente como “Sínodo 2021 – 2023: Por una Iglesia Sinodal”. Era imperativo alinearse con esta visión e iniciativa del Santo Padre para ofrecer a la Iglesia africana la oportunidad de reflexionar sobre este tema tan importante: “La experiencia de la sinodalidad en la Iglesia africana” vista desde una perspectiva pastoral, la participación de las mujeres y los jóvenes en la Iglesia y una perspectiva canónica.
Fueron invitados ponentes que abordaron diferentes aspectos de esta cuestión. El Rev. Dr. Bonaventure Ugwu, Cssp. fue invitado a hablar sobre la perspectiva pastoral de esta cuestión. Al abordar esta cuestión durante su presentación, opinó que una participación inclusiva en la vida pastoral de la Iglesia es básica para el principio de sinodalidad. La construcción de un sistema que integre adecuadamente a los laicos en el gobierno de la Iglesia como un órgano relevante de la misma con una voz que no debe ser descuidada debe ser la preocupación de toda unidad pastoral. En otras palabras, el pastor debe representar a Cristo como epítome de la unidad, evitando toda forma de segregación o disparidad.
La segunda ponente, la hna. Dr. Josephine Nwaogwugwu, HFSN, ha analizado el papel y el lugar de las mujeres en la vida de la iglesia. Empezando por la familia, que se considera la primera iglesia de todo niño cristiano, con la madre como primer ministro indispensable, hasta las comunidades religiosas, las mujeres son consideradas agentes de evangelización y mensajeras del Reino. El Derecho Canónico otorga derechos y obligaciones a las mujeres, que cuando se entienden pueden convertirse en fuentes de participación activa de las mujeres en la vida de la Iglesia. Por lo tanto, es necesario reforzar la posición de las mujeres en la Iglesia, ya que algunas tradiciones culturales y religiosas tienden a silenciarlas.
Cualquier Iglesia que descuide a los jóvenes tiene su futuro en peligro. Este fue el eje central de las reflexiones del Sr. Peter Ikponmwosa Agbontaen en la tercera presentación que se centró en la participación de los jóvenes en la vida de la Iglesia africana. El futuro de la iglesia está en manos de los jóvenes y para que la participación de los jóvenes en la iglesia sea efectiva, hay que dar prioridad a sus programas y actividades. Sus puntos de vista, por muy radicales que sean, deben ser tenidos en cuenta en el plan de la Iglesia para el presente y el futuro. La clave para involucrar a los jóvenes y convertirlos en un elemento vital de la vida de la Iglesia es “escuchar”. La escucha atenta de las aportaciones de los jóvenes, por tanto, es una necesidad pastoral que garantiza una Iglesia más rica y dinámica.
El Rev. Dr. Peter Okonkwo, cmf, en la cuarta y última presentación, trató la perspectiva canónica de la sinodalidad. El Código de Derecho Canónico de 1983 articula, a través de los códigos legislativos, las reflexiones teológicas de los documentos del Concilio Vaticano II. La sinodalidad es un aspecto constitutivo de este documento y, por ello, no se puede exagerar su importancia para el gobierno de la Iglesia. Por lo tanto, el Derecho Canónico no debe ser visto como una limitación para la inclusión, sino como una vía para experimentar el cuidado amoroso de Dios y las provisiones para cada miembro de la Iglesia.
La Conferencia se vio enriquecida por otros debates y trabajos en grupo y actividades en las que los participantes tuvieron la oportunidad de hacer aportaciones a las ponencias presentadas. Una vez más, el discurso de apertura pronunciado por el Rev. P. Wenceslaus Madu dio el impulso necesario para que la Conferencia despegara. Subrayó la importancia y la centralidad de la necesidad de caminar juntos como pueblo de Dios, compartiendo nuestros carismas y dones en nuestro camino como compañeros de peregrinación. También enviaron ricos mensajes el P. General, Very Rev. P. Matthew Vattamattan, cmf y el presidente de ACLA, Very Rev. P. Jude Langeh, cmf.
Por último, un elemento de debate en la conferencia subrayó que el éxito de la sinodalidad en la Iglesia africana exige una conexión con el Espíritu Santo. Los elementos de unión, comunión, confraternidad, intercambio y participación que definen el principio de la sinodalidad son todos dones del Espíritu Santo. Es a través del Espíritu Santo que se produce el diálogo entre Dios, la creación y la humanidad. Aunque los seres humanos tienen papeles vitales que desempeñar para establecer la Sinodalidad como una forma de ser y actuar en la iglesia, en última instancia se va a actualizar, “No con fuerza ni con poder, sino con mi espíritu, dice el Señor”. (Zacarías 4:6).
