Bogotá, Colombia. Después de la conclusión del Capítulo de la Provincia de Colombia-Ecuador, el Superior General convocó a los Gobiernos de las dos Provincias de Colombia para una reunión de dos días a partir del 16 de septiembre. Los dos Superiores Provinciales, PP. Armando Valencia y Josué González, con sus Consultores participaron en la reunión.
El primer día fue dedicado a reflexionar sobre el ejercicio de la responsabilidad del Superior Provincial y de los Consultores según las normas de la Congregación. La reunión se centró en el espíritu y las directivas de las Constituciones y del Directorio sobre el gobierno en la Congregación. El estudio de los documentos y el diálogo sobre varias preguntas formaron parte del programa. Hubo también una reflexión conjunta sobre las normas en cuanto a la prevención de los abusos a menores y de otros abusos, y la manera en que deben ser tratados los procesos cuando lamentablemente ocurran.
El segundo día, 17 de septiembre, fue dedicado a la reflexión sobre la necesidad de colaboración entre las dos Provincias, y sobre los modos concretos de trabajo conjunto en las distintas áreas de apostolado y de formación. Después de realizar un ejercicio de cara a recuperar la memoria para ser conscientemente agradecidos de la presencia y del crecimiento de los Misioneros Claretianos en Colombia, y para recordar los diferentes momentos de cercanía y distancia entre las dos Provincias en el curso de la historia, la reunión se centró en las actividades concretas que deberían ser realizadas conjuntamente de cara a reforzar nuestra presencia misionera y a trabajar con eficacia por el bien del Pueblo de Dios en Colombia, Ecuador y Venezuela.
El Superior General, P. Mathew Vattamattam, invitó el grupo a pensar y actuar con el corazón de Dios (MS 72) en el ejercicio de responsabilidad en sendas Provincias teniendo, por un lado, nuestra mirada fija en Cristo y, por otro lado, en las luchas de las personas a las que servimos.
“Cuando nosotros nos convertimos en auto-referenciales y nos fijamos en nosotros mismos, nuestras diversidades se convierten en amenaza a la unidad. Cuando caminamos en el Espíritu de Cristo, las diversidades se convierten en complementariedad que refuerza nuestra unidad en un mismo carisma”.
El encuentro fue un tiempo de oración y reflexión en un clima de discernimiento para escuchar y responder a la llamada de Dios a los Misioneros Claretianos en esta parte del mundo.