Colmenar Viejo, España. Sin negar la existencia de problemas, cuarenta misioneros de la Provincia de Santiago celebran con alegría la fraternidad y los signos de vitalidad misionera. El escenario ha vuelto a ser la casa de Colmenar Viejo (Madrid); la acogida de la comunidad y del personal de la casa, estupenda, como siempre. El horario del encuentro, muy parecido al de las trece ediciones celebradas desde 200, año del nacimiento de la Provincia. Año tras año, los Superiores de las treinta y tres comunidades de Santiago celebran al inicio del curso pastoral un encuentro con el Gobierno Provincial y algunos miembros de la junta permanente.
Los reunidos han constatado las limitaciones de la Provincia, con la incorporación de muy pocos nuevos hermanos españoles y una media de edad que ronda los 75 años, pero también han celebrado con gratitud la vida y entrega misionera con que los cerca de 230 claretianos de la Provincia sirven el evangelio en sesenta posiciones apostólicas en España, Francia, Suiza, Rusia y al servicio de otros Organismos de la Congregación y del Gobierno General.
El Mes Misionero Extraordinario, muy presente en asamblea, es un buen marco para inicial este curso, en el que Santiago abre una nueva fase en su proceso de revisión de posiciones. Una de las eucaristías fue presidida por el P. Rayappa Nathaniel, de la comunidad de Segovia, ordenado a comienzos de año; concelebró junto a él el P. José Blanco, que -como otros cinco claretianos de Santiago- celebra este año las bodas de oro de ordenación. Los reunidos agradecieron especialmente al Señor la entrega de los cincuenta hermanos de provincia que residen en las comunidades asistenciales, la generosidad de un buen grupo de claretianos jóvenes de otras partes del mundo que ha aceptado ser misioneros en Europa y el trabajo de los PP. Jesús A. Centeno, Miguel Á. Velasco y Teodoro Bahillo, que se han relevado este trimestre como miembros del gobierno provincial. Algunas iniciativas que la provincia está desarrollando con empeño (como la revisión de la pastoral con jóvenes adultos o el impulso a un nuevo plan provincial de parroquias) resonaron con fuerza en el aula, en la que cada comunidad dio también cuenta de sus proyectos e ilusiones.
Como suele ser habitual, los reunidos celebraron con alegría la presencia de hermanos de las misiones que la provincia tiene en París, Zürich, San Petersburgo y Murmansk (Rusia). Junto a serenos y bien preparados momentos de oración, el encuentro combinó muy bien los ratos de trabajo y reflexión con tiempos para la convivencia fraterna. Los participantes dejaron claro que los claretianos de Santiago saben que sin sus compañeros laicos de camino bien poca cosa harían, al tiempo que muchas voces revelaron una gran satisfacción con la vocación recibida: en nuestra fragilidad nos llena de alegría haber sido llamados a ser Misioneros.