Ciudad del Vaticano. A través de su Carta Apostólica, Motu Proprio «Aperuit illis«, publicada el lunes, Fiesta de San Jerónimo, 30 de septiembre de 2019, el Papa Francisco declaró el Tercer Domingo del Tiempo Ordinario como Domingo de la Palabra de Dios. Este Domingo estará dedicado a la celebración, estudio y difusión de la Palabra de Dios. La publicación de «Aperuit illis» también marca el 1600 aniversario de la muerte de San Jerónimo, el hombre que tradujo la mayor parte de la Biblia al latín, y que enunció el célebre adagio: «La ignorancia de las Escrituras es ignorancia de Cristo«. «Aperuit illis» nace de la descripción de San Lucas sobre cómo Cristo resucitado se apareció a sus discípulos en el camino de Emaús y de cómo el Señor abrió sus mentes para comprender las Escrituras.
El Papa señaló el valor ecuménico de la celebración diciendo que «las Escrituras señalan, para aquellos que escuchan, el camino hacia la unidad auténtica y firme«. El Papa invita a las comunidades locales a encontrar formas de «marcar este domingo con una cierta solemnidad«. Y sugiere entronizar los textos sagrados «para centrar la atención de la asamblea en el valor normativo de la Palabra de Dios» y también para darle durante «la homilía el honor que se debe«. Enfatiza también el Papa que la Biblia pertenece «a aquellos llamados a escuchar su mensaje y a reconocerse en sus palabras«. Es una Palabra para todos.
Además, les recuerda a los pastores que vigilen sus homilías y les advierte en relación a la improvisación o el dar «homilías largas y pedantes o desviarse hacia temas no relacionados«. Sugiere usar un lenguaje simple y adecuado, y aprovechar esta oportunidad para explicar el contenido de la Sagrada Escritura que ayude a los fieles a aplicarlo en su vida diaria.
Asimismo, menciona la relevancia y la relación entre las Sagradas Escrituras y los Sacramentos; el papel del Espíritu Santo en las Escrituras. Afirma que es el Espíritu Santo quien «hace de la Sagrada Escritura la palabra viva de Dios, experimentada y transmitida en la fe de su pueblo santo«. El Papa Francisco nos invita a «dejarnos alimentar por ella, para reconocer y vivir plenamente nuestra relación con Él y con nuestros hermanos y hermanas«.
Finalmente, concluye con «el gran desafío ante nosotros en la vida: escuchar la Sagrada Escritura y luego practicar la misericordia». Las Sagradas Escrituras, dice, «tienen el poder de abrir los ojos y permitirnos renunciar a un individualismo sofocante y estéril y, en su lugar, emprender un nuevo camino de compartir y solidaridad«.
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