Roma. El Aula Magna del Claretianum fue el escenario de una celebración anticipada de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada. El 1º de febrero se tuvo el IX Encuentro para religiosos y religiosas de habla española organizado por “Publicaciones Claretianas de Madrid” y el Instituto de Vida Consagrada “Claretianum”.
En esta ocasión fue presentado el libro del P. Aquilino Bocos CMF, titulado “Un relato del Espíritu. La vida consagrada postconciliar”.
Entre el público se contaban numerosos hermanos y hermanas de diferentes congregaciones, institutos y nacionalidades. Entre ellos, numerosos Superiores y Superioras generales, miembros de gobiernos generales y figuras destacadas de la vida consagrada del mundo. El Card. Joao Braz de Aviz, Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica (CIVCSVA) presidió este sencillo y fraterno teniendo como trasfondo el “año de la Fe” y la conmemoración de los 50 años del inicio del Concilio Vaticano II.
Después de la bienvenida al Instituto dada por el superior de la comunidad, P. Javier Larrañaga CMF, el director de Publicaciones Claretianas, P. Fernando Prado CMF, introdujo el acto. Enseguida tomó la palabra el Cardenal Braz de Aviz. Con un tono sencillo y profundo, agradeció a la editorial la organización de este encuentro y su labor al servicio de la vida consagrada, a la vez que animó a los presentes a celebrar con fervor esta jornada.
El P. José Félix Valderrábano CMF, Secretario General de la congregación, introdujo al P. Aquilino exponiendo los rasgos característicos de su persona y su obra.
Tomando la palabra, el P. Aquilino hizo un recorrido por el planteamiento fundamental del libro, cuyas ediciones italiana y francesa saldrán a la luz en los próximos días. Un libro oportuno e imprescindible para comprender mejor el caminar de la vida consagrada en el postconcilio y que se está convirtiendo en una obra de referencia internacional.
El libro hace análisis pero no se queda en él. Es una auténtica lectura creyente de la historia vivida que se proyecta hacia el futuro con esperanza. La vida consagrada, dijo el P. Aquilino, ha de acostumbrarse a frecuentar el futuro. Un futuro abierto a seguir siendo contado (relatado) por el Espíritu.
