México, D.F. Anna es miembro de un grupo alemán que apoya a las comunidades indígenas tlapanecas de la misión de Xochitepec (Guerrero, México).
Ella es pintora y se ha propuesto ayudar, tanto a los indígenas como a ‘NIEV’ (Niños con Ilusión y Esperanza de Vivir), una asociación que atiende a niños con problemas de toxicodependencia, en la Cd. de México. Ambas obras coordinadas por los Misioneros Claretianos.
Por su originalidad, ha destacado una propuesta en torno al arte y a la vida. Ella pidió a los jóvenes y niños indígenas y a los de la asociación NIEV que pintasen algunas escenas de su vida ordinaria y se los enviasen para darlos a conocer en Alemania.
La propuesta ha sido todo un éxito. Para los niños y jóvenes ha servido como una interesante terapia y, a la vez que han expresando artísticamente sus emociones, logrando una notable difusión, han obtenido algunas ayudas económicas para proyectos en favor de su desarrollo.
Anna, por su parte, también se ha sentido tocada por estas pinturas. En una carta que dirige a los jóvenes artistas les comparte sus propios sentimientos:
“Cuando hace un año me llegó el paquete de México con sus dibujos, no sabía yo que ese sería un día muy importante en mi vida. Nosotros hablamos lenguas diferentes, pero más que las palabras, sus pinturas han hablado de días tristes y de días alegres. Hablan en ellas de dolor, tristeza y angustia, pero también de esperanza, alegría y confianza.
Con todo eso han tocado mi corazón y me han dado fuerzas.
El 4 de Noviembre del 2010 murió uno de mis hijos como consecuencia de las drogas. Aunque él tenía un padre y una madre que le amaban y apoyaban, no tuvo la fuerza para dejar la drogadicción. El tuvo hermanos muy cercanos que le deseaban ayudar, tenía una profesión y una casa, tuvo médicos y terapeutas; pero fue demasiado débil para llevar una vida sin drogas.
Yo sé que muchos de ustedes fueron abandonados de los demás y, sin embargo, ahora han emprendido un buen camino. Yo sé lo difícil que es este paso y que se necesita mucho valor, coraje y fuerza para darlo. Por ello para mí es importante decirles que pienso en ustedes con mucha simpatía, respeto y admiración. Sus pinturas me dan consuelo y confianza. Se las agradezco de corazón y las conservaré como un tesoro(…)
Al mismo tiempo, aprovecho para enviarles también dos pinturas. Las he pintado cuando estaba muy desesperada y triste. Pero con todo, no he abandonado la esperanza y estoy agradecida por la vida y por los tres hijos que todavía tengo (…)”
La primera pintura se titula: Anna desesperada y triste y la segunda refleja a su familia. Entre sus cuatro hijos, atrás, entre sombras, el que murió victima de las drogas.
