Nació en Gurb (Barcelona – España) el 12 de enero de 1832. Estudió en el seminario de Vic ordenándose de presbítero el 26 de septiembre de 1856. Trabajó como vicario de Olost (Barcelona – España) durante un año y entró en la Congregación de Misioneros el 3 de julio de 1859. En cierta ocasión el P. Claret le dijo al P. Xifré: «Guárdeme ese joven; será un tesoro para la Congregación».
Profesó en Segovia (España) en manos de Claret el 25 de agosto de 1862. Recién profeso, a los 29 años, fue nombrado superior de la casa de Segovia donde permaneció hasta la revolución de 1868, durante la cual se refugió en Francia. Más tarde, al ser destinado a Chile el P. Pablo Vallier en 1869, fue nombrado maestro de novicios, cargo que desempeñó en Prades, Thuir y Vic de 1870 a 1878. Después ocupó el cargo de formador en los colegios superiores de Gracia, Santo Domingo de la Calzada y Cervera. También desempeñó los cargos de superior local de Vic, Gracia, Santo Domingo de la Calzada y Cervera.
En 1876 fue elegido consultor general y en ese cargo permaneció hasta el 1888, año en el que se le confió el cargo de Subdirector general. Al morir el P. Xifré, fue elegido Superior General en Vic en el VIII Capítulo General (diciembre de 1899).
El P. Clemente Serrat dirigió una preciosa circular a la Congregación sobre La Vocación Religiosa para suscitar en los hermanos sentimientos de viva gratitud recordándoles el beneficio de la divina vocación. El P. Serrat, sirviéndose de las palabras de san Pablo: «os ruego encarecidamente que os mantengáis dignamente en la vocación a la que habéis sido llamados» (Ef 4,1-3), exhorta encarecidamente a todos a permanecer con fidelidad en la vocación a la que han sido llamados y a que se manifiesten dignos imitadores de las virtudes del divino Maestro.
En los seis años de su generalato fundó 24 casas e inauguró los noviciados de Vic y Segovia y en 1905 estableció el colegio central en Aranda de Duero. En esta época se aceptó la primera parroquia en Andacollo – Chile (1900); se fundó en los Estados Unidos (1902) y se creó la Provincia de Bética (1904). Asimismo se escribió la primera historia de la Congregación. Murió santamente en Segovia el 6 de enero de 1906. Fue un hombre lleno de delicadeza, prudencia y amor. Trató siempre con gran respeto y extraordinaria amabilidad a sus hermanos de comunidad.