Domingo Fábregas y Coma nació el 9 de julio de 1817 en San Genís de Orís (Barcelona – España). A los ocho años ingresó en el Seminario de Vic. Allí conoció a personajes de la talla del filósofo Jaime Balmes, del P. Pedro Bac —restaurador del Oratorio de san Felipe Neri—, de san Pedro Almató, dominico mártir en Japón y, en particular, al joven sallentino Antonio Claret.
Las adversas circunstancias sociales, políticas y religiosas le obligaron a interrumpir estudios y marchar a Roma para poder acceder a la ordenación sacerdotal, donde volvió a encontrarse con el P. Claret en el convento de S. Basilio. Ordenado en 1840, regresó a su tierra natal.
Casi desde su llegada, sus inquietudes y cualidades le orientaron plenamente a la predicación itinerante. Ese ministerio lo llevó a reencontrarse de nuevo con el P. Claret. Ello sería la ocasión de recibir la invitación de formar parte de la Congregación que aquel pensaba fundar.
En efecto, se sumó al pequeño grupo que el 16 de julio de 1849 dio inicio a esta grande obra. Desde entonces se centró en el ministerio de la predicación. Fue fundador de la comunidad de Segovia en noviembre de 1861 y representó a aquella comunidad en los dos primeros Capítulos Generales de la Congregación. Tras el segundo Capítulo General, en 1864, el P. Domingo Fábregas no regresó a Segovia, sino que pasó a Vic tras ver frustrada la fundación de Huesca.
Fue en Vic donde hubo de sufrir las secuelas de la revolución de 1868 que obligó a los misioneros de la Casa Madre a abandonar la casa el día 2 de octubre y dispersarse en pequeñas comunidades clandestinas. Ello forzó al P. Fábregas a transitar por Vic, Barcelona y Thuir. Restaurada la monarquía con Alfonso XII, fue nombrado Superior de la Casa-Colegio de Gracia, en Barcelona.
La muerte le sorprendería en 1895 en Solsona. Eran las 8 de la mañana del domingo 27 de octubre cuando el P. Domingo Fábregas, Cofundador de la Congregación, descansó en la paz del Señor rodeado de sus hermanos.