Queridos hermanos:
May 31st, the feast of the visitation of Mary, is chosen by the General Government as a special Claretian day for reflection and prayer for vocations for the whole Congregation as an initial step to our commitment to accompany the youth (cf. QC 67). God’s gaze upon Mary brought out the best of her for the salvific project of God. With Jesus in her womb, she goes to the peripheries to meet Elizabeth forgetting herself. The encounter between the four, the two mothers, and the two babies in their wombs has been an occasion of great rejoicing for what God has done for humanity. All vocations form part of the dream of God for humanity and they make sense when we walk together orchestrating the gifts of each other to realize that dream which Jesus termed “the Kingdom of heaven” (Mt 4:17).
Es este un buen Día para agradecer el don de nuestra propia experiencia de la llamada de Dios, y para ser conscientes de su mirada sobre cada uno de nosotros, la mirada que despertó nuestro anhelo de seguir el estilo de vida de Jesús; la mirada que continúa sosteniendo nuestra llamada misionera. En su mensaje para la Jornada mundial de oración por las vocaciones de 2022, el Papa Francisco recurre a un proverbio oriental para iluminar cómo Dios nos mira: “un sabio, mirando a un huevo, es capaz de ver un águila; mirando una semilla percibe un gran árbol; mirando a un pecador vislumbra a un santo”. La llamada de Dios hunde sus raíces en lo que Dios ve en nosotros, la mejor versión de nuestro modo personal y único de ser “imagen y semejanza de Dios” (cf. Gn 1, 27). Un camino vocacional, más que una elección humana o una carrera, es el despliegue del sueño de Dios sobre cada persona.
Nuestro ministerio de acompañar a los jóvenes en su descubrimiento de la llamada de Dios nace de la mirada amorosa que Dios les dirige, mirada que hacemos nuestra. Si es así, nuestro acercamiento a los jóvenes se distinguirá por la dulzura y el amor con los que Jesús miró a quienes llamaba (cf. Mc 10, 21) y caminó con sus discípulos alegrándose de que se convirtieran en pescadores de hombres (cf. Mt 4, 19) y buscadores del tesoro escondido (Mt 13, 44). La búsqueda por los jóvenes de lo que es verdadero y bueno en la vida, y su consiguiente encuentro con Jesús, el camino, la verdad y la vida, sólo puede darse en auténtica libertad. Por tanto, acompañamos a los jóvenes como colaboradores del Espíritu de la verdad que los guía a la verdad plena. Y cuando los jóvenes conozcan la verdad, la verdad les hará libres (Jn 8, 31). El discernimiento de las vocaciones ayuda a distinguir el grano de la paja, el amable susurro del Espíritu de posibles seducciones ruidosas.
El equipo de animación de la pastoral juvenil y vocacional de la Familia Claretiana ha preparado un material titulado ‘Un fuego que enciende el corazón’ que busca ayudar a los referentes de pastoral claretiana a acompañar a los jóvenes en clave vocacional. Esta guía quiere inspirar evangélica y claretianamente la pastoral vocacional. Un corazón como el de Claret, que arde con el amor de Dios, enciende a otros con ese amor. Doy las gracias al equipo que ha preparado ese material en un trabajo sinodal que ha implicado a personas de las diversas ramas de la Familia Claretiana. Os invito a todos a apoyar a nuestros agentes y referentes de pastoral con jóvenes colaborando con ellos, orando por las vocaciones y dedicando tiempo y espacio a escuchar y acompañar a los jóvenes que tenéis cerca. En la Iglesia las vocaciones florecen cuando todas son reconocidas, estimuladas y respaldadas como dones valiosos que el Espíritu suscita para el crecimiento de la Iglesia.
Encomendemos al Corazón de María, que enseña a sus hijos a responder con un ‘fiat’ convencido, a todos los jóvenes que el Señor nos invita a acompañar.
Mathew Vattamattam, CMF
Superior General
31 de mayo de 2022