Hoy, temprano por la mañana, después del desayuno partimos para Sallent, lugar que vio nacer al P. Claret. Así que, divididos en dos grupos, por lenguas, nos dispusimos a visitar tanto el museo como la Iglesia parroquial. Ambos lugares nos trajeron al corazón los humildes orígenes de nuestro fundador, sus años jóvenes de trabajador en los telares de la familia y las distintas veces que, ya de misionero, volvió a su pueblo natal. Nos sentimos como en casa y en los orígenes de nuestra propia vocación. A las 11:00, junto con el pueblo de Dios, celebramos la eucaristía en la Iglesia de Santa Maria, presidida por el P. Maxim Muñoz, cmf, prefecto de espiritualidad de la Provincia Sanctus Paulus.
A las 13:30 fuimos a almorzar a Fàbrica Vella, acompañados por el alcalde de la ciudad, Oriol Ribalta. En inglés y en castellano nos dedicó unas palabras de bienvenida, reconociéndonos como familiares del sallentino más universal y reconocido de este pueblo
Finalizado el recorrido partimos rumbo a Montserrat, santuario mariano de larga y profunda raigambre en el pueblo catalán y en el P. Claret. Nos explicaron el vínculo tan particular e íntimo que unió al P. Claret con este lugar de peregrinación. No en vano, su talla adorna el atrio de la Basílica, junto al de San Ignacio de Loyola, otro recordado peregrino. Seguidamente tuvimos una sencilla y edificante charla con el P. Manel Gasch Hurios, Abad del monasterio, en la Sala Capitular de la comunidad benedictina. Aludió que todo aquí nos habla de Dios: la belleza del lugar, la fe que rodea el santuario e incluso las reglas de San Benito que las tuvimos en medio de la reunión. Incluso ellas procuran que construyamos nuestras vidas y vocación sobre el fundamento sólido de la búsqueda de Dios y el amor al prójimo. Fuimos, luego, a pie y en actitud peregrina a los pies de la Mare de Déu de Montserrat (La Moreneta), para finalmente, rezar las vísperas junto a los monjes y otros fieles en la iglesia principal.
Y para concluir la jornada, volvimos cansados, pero con el corazón un poco más encendido a Vic, nuestra casa madre, donde cenamos preparándonos para la jornada de mañana.
Equipo de comunicación
