Brasilia, Brasil. El 20 de diciembre, la Presidenta brasileña, Dilma Rousseff, condecoró al claretiano Don Pedro Casaldáliga, Obispo emérito de Sao Félix do Araguaia y a otras 16 personas, entre ellas al Obispo Tomás Balduino, por su labor en la defensa de los Derechos Humanos.
Rousseff afirmó que Brasil «aprendió a admirar» a Casaldáliga y al obispo Tomás Balduíno, también homenajeado hoy por su apoyo a los indios, y dijo que ella misma se enorgullece de ser «contemporánea» de ambos.
La mandataria manifestó que el Estado brasileño dedicará «todos los medios y fuerzas policiales y civiles disponibles» para garantizar la seguridad y protección de los que trabajan «en defensa de los excluidos». Asimismo, Rousseff aseguró que la defensa de los Derechos Humanos es «muy importante» para ella y para su generación, porque «sintieron en la carne el abuso de poder y la truculencia del Estado».
Casaldáliga no pudo recibir el premio en persona ya que está oculto bajo protección de la Policía Federal debido al recrudecimiento de las amenazas que recibe desde hace años por su labor en favor de los indios Xavante. El Consejo Indigenista Misionero (CIMI), una organización vinculada al Episcopado brasileño, denunció que las amenazas se redoblaron en las últimas semanas, al parecer debido a la inminente ejecución de una orden judicial a favor de los indios Xavante, en una disputa de tierras.