100 años al servicio de los pobres
Colombia. La Comunidad de Misioneros Claretianos celebra el primer centenario de presencia en Colombia; las actividades comienzan en Quibdó el próximo viernes 13 de febrero.
Creación de la Fundación Universitaria Claretiana, hecho central del centenario.
Entre el próximo viernes 13 y hasta el 17 de febrero tendrá ocasión la
apertura del centenario de la Comunidad de Misioneros Claretianos en
Colombia. Los primeros misioneros provenientes de España llegaron al
Chocó el 14 de febrero de 1909.
Ahora, el anuncio lo hizo el Padre Agustín Monroy, Superior Provincial de Colombia Occidental, quien señaló que las actividades comienzan en Quibdó con la presencia del Nuncio Apostólico, Monseñor Aldo Cavalli, y del Superior General de los claretianos, Padre Josep M. Abella, procedente de Roma.
En el transcurso de 2009, el jubileo se extenderá a otras regiones del país donde proyectan su misión: Riosucio, Atrato Medio, Medellín, Cali, Pereira, Manizales, Cartagena, Barranquilla, Valledupar, Tierradentro (Cor), Sincelejo, La Estrella, Tumaco, Bogotá, Bosa, Chía, Sasaima, Neiva, Pie de Cuesta, Cúcuta y Medellín del Ariari, entre otras.
Defensores de las comunidades empobrecidas
Destacó el P. Agustín que “desde 1909 los claretianos asumimos en Colombia un compromiso que, junto a la predicación, se centra en la transformación y realización de obras colmadas de fe y esperanza, a lo largo y ancho del territorio nacional.”
Ingenieros, arquitectos, antropólogos, pedagogos, teólogos, biblistas, investigadores, poetas, diseñadores, cineastas, músicos, compositores, escritores y hasta aviadores han sido los misioneros identificados con la gente y la cultura del Chocó, dedicados al servicio sin temor a la inclemencia climática e insalubre, la violencia y la muerte.
Las difíciles condiciones socioeconómicas padecidas en esas tierras por negros, indios y campesinos fortalecieron su opción misionera por la Vida, los oprimidos, las organizaciones de base, la defensa del territorio y la iglesia liberadora e inculturada respetuosa de la identidad y de las costumbres de los pobladores.
Cultura, educación y organización social
A final de la década de los ochenta y comienzos de los noventa, los misioneros lideraron la difícil lucha por el reconocimiento de los derechos étnicos y la titulación colectiva de territorios indígenas y afrodescendientes, trabajo que nutrió la Constitución Nacional de 1991, pero que el escalamiento del conflicto armado ha ido deteriorando y causando centenares de muertos, desaparecidos y miles de desplazados a quienes se les arrebata la tierra para extracción de madera, siembra de palma aceitera, ganadería extensiva, minería y ejecución de grandes proyectos de infraestructura y de parques nacionales.
Conjuntamente con la Diócesis de Quibdó y organizaciones de base, los claretianos exigieron al gobierno nacional cumplir con la Ley 70 o Ley de Comunidades Negras y con la legislación indígena logrando que cerca de un millón de hectáreas fueran tituladas colectivamente a favor de las comunidades afroatrateñas, y más de un millón se legalizara en resguardos indígenas.
Su trabajo cultural se orienta hacia la valoración de usos y costumbres, investigación, realización de obras arquitectónicas, creación de escuelas populares de danza, teatro y música; producción literaria, musical, cinematográfica y pictórica; creación del Centro Cultural Mama Ú, de los
Encuentros Culturales en el Atrato y el Festival de Arte Joven, la Organización de Cabildos Embera, Wounaan y Tule, OREWA, y de la Asociación Campesina Integral del Atrato, ACIA.
Para favorecer la educación, en medio de la guerra los misioneros impulsaron, en 1997, desde Riosucio, el Colegio Itinerante Rural Claret, con cuatro sedes educativas; experiencia replicada y adaptada al Medio Atrato a través de los Centros Etnoeducativos, ICEMA, de donde han egresado hasta hoy decenas de bachilleres; en este modelo no son los alumnos quienes se desplazan al colegio, sino este el que llega a los diversos rincones de la selva.
Pero el interés de educar no se agotó la solución escolar. El Centro Bíblico Camino, establecido para la formación religiosa, se transformó en un proyecto educativo superior, la Fundación Universitaria Claretiana, FUCLA, cuya sede central está en Quibdó; con el lema “la verdad les hará libres” brinda a las poblaciones más desprotegidas del país la oportunidad de adelantar programas de Antropología, Trabajo Social, Teología, Educación Religiosa y Educación Artística y Cultural.
Obra diversa y fecunda
Quibdó es un testimonio de la fecunda gestión de los Misioneros Claretianos en Colombia: edificaciones como el Palacio Municipal, Barrio Escolar, Colegio Carrasquilla, antiguo hospital y Palacio Episcopal, obras todas de Vicente Galicia; la catedral de Pedro Grau. La defensa de la causa indígena del mártir Modesto Arnáus; la fundación de los pueblos Bahía Solano por Francisco Onetti y Balboa por el misionero piloto Alcides Fernández; amplio estudio de la lengua y la cultura Embera de Constancio Pinto; libros y películas de Ángel Canals y el aporte artístico de Isaac Rodríguez, formador de prestigiosos músicos como Alexis Lozano, Nino Caicedo y Jairo Varela, son algunas de las muchas realizaciones en Chocó.
“Continuando con el propósito de nuestro fundador, el misionero arzobispo español san Antonio María Claret, sus misioneros pretendemos que en el país se unan fuerzas, se renuncie a egoísmos politiqueros y corruptos y despierte la conciencia y la responsabilidad comunitaria en términos de justicia, equidad, solidaridad e integralidad de hombres y mujeres, indígenas, negros y mestizos”, concluyó el Padre Agustín Monroy.
Programación
Misioneros y laicos provenientes de todo el país llegarán a Quibdó para desarrollar una amplia programación al iniciarse el viernes 13 con el recibimiento de la excursión misionera que evoca la llegada de la expedición que en 1909 se desplazó por las aguas del Atrato hasta llegar a Quibdó.
En el programa se destacan las sesiones de la Asamblea Provincial de la Comunidad, la bendición del auditorio y la Biblioteca, una misa animada por afrochocoanos, el lanzamiento de proyectos y propuestas, conversatorios, exposiciones, danzas, música, coros, recitales, documentales y diversos encuentros sociales.