Con una carta al superior de la Provincia de Argentina y Uruguay, el Superior General, P. Josep Maria Abella, felicita a la Provincia en este primer centenario de su llegada a Uruguay.
He aquí el texto de la carta:
Roma, 2 de marzo, 2008
M. R. P. Javier Fernández, cmf.
Superior Provincial
Estimado P. Javier:
Con esta carta quiero unirme a ustedes en la celebración del primer centenario de la
fundación de la primera casa en Uruguay. No conozco exactamente el día en que van a celebrar esta fecha jubilar, pero no les va a faltar mi recuerdo ni la comunión de todos los miembros del Gobierno General. Es un momento para dar gracias al Señor y recordar la historia misionera escrita por tantos hermanos nuestros.
Ya en tiempos del P. Genover hubo una primera invitación para que la Congregación se hiciera presente en Montevideo. Es simpática la narración del encuentro durante un viaje de Sao Paulo a Buenos Aires del P. Genover con un “excelente católico uruguayo” que, motivado por la predicación de nuestros hermanos, los quería presentes en Uruguay. Años más tarde, por petición del Arzobispo de Montevideo, se hizo realidad aquel sueño, instalándose la primera comunidad en Peñarol el día 4 de marzo de 1908.
A partir de aquel momento los Misioneros Claretianos han ofrecido su carisma misionero a la Iglesia uruguaya. Ha sido una presencia marcada primordialmente por el ejercicio del ministerio itinerante de la Palabra, al que se sumó, con el transcurrir del tiempo y respondiendo a nuevos desafíos pastorales, la atención a parroquias, el ministerio de la educación cristiana, y el servicio a la religiosidad popular. Nuestros misioneros no han dejado de vivir atentos a las necesidades del pueblo y han sabido buscar el modo de responder a ellas.
Nos unimos todos en un canto de acción de gracias al Señor porque hemos sentido su bendición durante estos años. Le pedimos que siga bendiciendo nuestra comunidad con buenas y numerosas vocaciones. Renovamos nuestro compromiso de servicio a la iglesia y al pueblo uruguayos.
En el Corazón de María colocamos nuestra historia en Uruguay y le pedimos su bendición para poder seguir siendo en medio de este pueblo signos creíbles del amor del Padre. La experiencia de sentirnos hijos de su Corazón nos va a ayudar en esta misión apasionante.
Querido P. Javier y hermanos de la Provincia argentino-uruguaya, que podáis celebrar con gozo este aniversario y que sigáis escribiendo en Uruguay una historia verdaderamente misionera.
Hermano in C. M.
Superior General
