Ormoc City, Filipinas. Desde 2006, Ormoc Mission no ha dejado de celebrar esta reunión anual de jóvenes en su recinto. Este año, abril de 2018, tuvieron su 12 ° Campamento Anual de Verano de Claret Ormoc, en el que participaron 10 aldeas, con 250 líderes juveniles. Los módulos de este año incluyeron capacitación en liderazgo, vida familiar cristiana y conciencia y preparación ante desastres. Los 3 módulos fueron elegidos por los propios líderes juveniles, entre otras opciones, consideradas importantes para su condición actual como jóvenes de la misión. Probablemente valga la pena mencionar que todos ellos son jóvenes supervivientes del gran tifón Haiyan (2013) y del terremoto (2017). Continuamos con este legado pastoral … y no hay forma de detenernos.
Ésta es la Pastoral Juvenil Claretiana en Ormoc. ¡250 FUERTES! … ¡y contando todo para la gloria de Dios!
Antecedentes históricos:
Pocos años después de que se fundara la Misión Ormoc en 2002, la Casa del Noviciado de Filipinas pronto se transfirió de la ciudad de Zamboanga a Ormoc. Parte del programa de Noviciado, hasta este momento, es el apostolado dominical regular de nuestros Novicios, donde visitan los pueblos bajo su cuidado pastoral, como parte de su inmersión y formación misionera.
En los años siguientes, se ha convertido en una necesidad sentida formar a los jóvenes del área, la mayoría de ellos provenientes de comunidades agrícolas pobres. La idea era empoderar a los jóvenes, aclarar y subrayar su importante papel en la construcción de la iglesia y la comunidad, y desarrollar liderazgo y auto responsabilidad. Por lo tanto, en 2007, bajo la dirección del padre. Louie Guades III, entonces un novicio, con sus compañeros novicios de 2006-2007, se materializó el primer campamento de jóvenes de verano de Claret Ormoc.
Fue una celebración de una semana de duración con un presupuesto exiguo, principalmente de donaciones. El primer campamento juvenil fue participado por 5 aldeas. Los módulos y las charlas se prepararon y se dieron en relación con los temas relevantes elegidos. Los juegos y otras actividades juveniles también se emplearon para encajar en toda la semana. El primer año demostró ser un gran éxito. Por primera vez, Ormoc tuvo la oportunidad de reunir a sus jóvenes miembros, demostrando plena fuerza y participación activa, tanto en la Iglesia (católica y protestante) como en la dinámica de su comunidad local.