Guijón, España. Iniciativas de muy diverso tipo celebran durante el año el primer siglo de presencia claretiana
Gijón, una importante ciudad a orillas del mar Cantábrico que fue visitada por S. Antonio Maria Claret, acoge desde 1922 a los Misioneros Claretianos. La Congregación tiene a su cargo una parroquia con bastante vitalidad, el colegio regido por una familia religiosa con más alumnos de la región y la atención al santuario mariano de Contrueces.
Desde hace meses actos muy diversos y participados han celebrado la efeméride, de la que se han hecho eco los más importantes medios de comunicación. Hace unos días el arzobispo de la Diócesis presidió una misa de acción de gracias con presencia de las comunidades claretianas de Gijón y Oviedo. Semanas antes el Cardenal Aquilino Bocos compartió una jornada con los educadores del Colegio Corazón de Maria, que atienden a casi mil seiscientos alumnos y sus familias. Bastantes alumnos del colegio han realizado trabajos de investigación para conocer mejor la historia misionera de la comunidad claretiana; uno de ellos ha sido premiado por la Unión Europea.
Junto a las parroquias de las ciudades de Gijón y Oviedo, los Misioneros atendieron durante casi cuarenta años un buen número de pequeños pueblos de montaña en los concejos de Belmonte y Somiedo, en un servicio muy agradecido por la Diócesis. Alguna comunidad de religiosas es atendida diariamente por los Claretianos desde hace casi ochenta años. En la región miles de familias han tenido algún vínculo con la Congregación.
