La 10ª Asamblea General de la Delegación de East Asia se celebró del 19 al 22 de abril de 2022. Debido a las restricciones de viaje que siguen vigentes en muchos países de Asia Oriental por la pandemia, la Asamblea se celebró sin precedentes en línea. La reunión de cuatro días de la Asamblea siguió la metodología apreciativa del Capítulo General para discernir el Sueño, el Diseño y el Compromiso de la Delegación de acuerdo con las tres transformaciones que siguen la llamada de Querida Congregación.
El Padre Mathew Vattamattam, Superior General, presidió la Asamblea que comenzó el martes 19 de abril. En su discurso de apertura, situó a los miembros de la Delegación en la realidad histórica de la pandemia y en cómo el virus es también una metáfora de los virus espirituales de carácter pandémico y de los virus sociales del aborto, del tráfico de seres humanos que amenazan a la humanidad. Citando a los Padres de la Iglesia, el Padre General explicó las patologías que afectan a nuestra vida espiritual. La charla estuvo salpicada de momentos de recogimiento silencioso.
El nuevo Gobierno de la Delegación, encabezado por Francisco Carin García como Delegado Superior, fue inaugurado el 8 de diciembre de 2021. Esta Asamblea, que se celebra al inicio del mandato del gobierno, servirá de pauta para el trienio.
La Delegación de East Asia está compuesta por cinco regiones geográficas y tres idiomas, con misioneros de 11 nacionalidades: Italia, Chile, Argentina, India, Polonia, México, España, China, Filipinas, Vietnam y Japón.
Entre los participantes se encontraba el obispo Josep Maria Abella, ex Superior General. Sirve en la diócesis de Fukuoka en Japón. El obispo compartió sobre su presencia y proyectos como obispo misionero en la diócesis en el tercer día de la Asamblea. También habló de su visión del acompañamiento pastoral de los sacerdotes y de los fieles.
La Asamblea concluyó el 22 de abril con el «sueño de una Delegación de East Asia que sea una fraternidad en misión, que salga con audacia, particularmente a las periferias, a anunciar el Evangelio». La Delegación sueña con su existencia misionera «enraizada y animada por la Palabra de Dios en nuestros ministerios, en la sinodalidad y en la misión compartida». La Asamblea reiteró su compromiso con la «formación y el acompañamiento de los evangelizadores y de los jóvenes», y con la apertura «al diálogo con las distintas confesiones y culturas de Asia Oriental, utilizando todos los medios posibles, incluidos los de las tecnologías modernas, mientras cuidamos nuestra casa común».