Madrid, España. “Ante este nombramiento doy gracias a Dios, al Papa y a los Claretianos”, resumió el Cardenal Carlos Osoro
“A través de este nombramiento, el Papa Francisco también reconoce la aportación de nuestra Congregación en la Iglesia y particularmente a la Vida Consagrada, a la que tú has contribuido apasionadamente”. Son palabras con las que el Superior General de la Congregación, el P. Mathew Vattamattam, ha querido dirigirse al P. Aquilino Bocos a propósito de su nombramiento cardenalicio, y que fueron leídas esta mañana por el Superior de la Comunidad claretiana de Buen Suceso, sintetizando así la alegría de todos los misioneros claretianos. Del mismo modo, propiciaron el marco idóneo para dar comienzo a la rueda de prensa en la que compareció el propio P. Bocos acompañado por el Cardenal Carlos Osoro, Arzobispo de Madrid.
Efectivamente, Dios nunca deja de sorprender. “Pero es que además yo me enteré de mi nombramiento por la radio”, confesó el misionero. “Me quedé sobrecogido, sí, pero con paz, porque viniendo del Papa me da seguridad”, abundó. Y lo dijo pensando no solamente en el ministerio petrino, sino en Jorge Mario Bergoglio, el Padre Jorge, religioso jesuita que hoy gobierna la Iglesia. Aquilino Bocos y él coincidieron en varias ocasiones, antes y después del cónclave del 2013. Los dos ocuparon puestos de mando en sus respectivos institutos religiosos y ambos tuvieron voz en diversos Sínodos de Obispos. Sus posturas a cerca de la posición de la Vida Religiosa en la Iglesia, y el futuro que ha de ocupar, tendían a unirse en muchos puntos de vista. “Recuerdo, por ejemplo, que había un clamor de los Superiores de los Institutos Religiosos ante el Santo Padre porque se llegaba a escuchar que la Vida Religiosa había muerto y que era la hora de los movimientos”, hizo memoria el claretiano. “Pero nosotros, desde la Unión de Superiores Generales, hicimos un alegato precioso. Recuerdo cómo intervino el entonces P. Bergoglio a favor de la vida religiosa”, añadió.
Reafirmación de la Vida Religiosa
El término “cardenal” deriva del latín cardo o bisagra, lo cual sugiere el papel de punto de apoyo que desempeñan en torno a su máximo dirigente, el Papa. En este sentido, el P. Aquilino, comentó “que cada cual lo ejerza según el don que ha recibido”. Y continuó diciendo: “Desde luego que el Papa Francisco nunca ha ocultado que es religioso, y eso es lo bonito: que cada cual revele lo que lleva dentro”. Efectivamente es fácil interpretar este nombramiento como una reafirmación de la Vida Religiosa, “aunque hoy, gracias a Dios, no hablamos tanto de incomprensión de nuestra forma singular de ser Iglesia, sino más bien de armonía, de mutuas relaciones y de acompañamiento. Yo estoy convencido de que hemos mejorado muchísimo, y el que no vea este nuevo enriquecimiento es que está ciego, y probablemente no se enfrente al futuro con esperanza”. En este sentido, y al ser preguntado directamente por la diócesis de Madrid, ahondó: “Si por ejemplo ustedes siguieran de cerca los movimientos del Cardenal Osoro, verían estas mutuas relaciones a las que antes me refería de forma viva y directa. Piensen si no dónde está”.
Por último, quiso dedicar también unas breves palabras a la escuela católica, ya que él mismo ocupó durante años, desde 1981 hasta 1985, la presidencia de FERE (Hoy, Escuelas Católicas). “Solo quiero decir dos cosas. La primera es que nadie nos puede quitar nunca nuestra vocación educadora. No sé si podrán quitarnos los colegios, pero nunca nuestra vocación. Y FERE nació al servicio de la pastoral educativa, que es pastoral social y en última instancia, familiar. Si no hubiera existido FERE habría que inventarla. Lo segundo que quiero comentar es el futuro de la escuela religiosa. Y creo que esta pasa por la misión compartida con los laicos. Será una nueva forma de expresarnos, y estoy seguro de que no nos hará perder calidad”. El Cardenal Carlos Osoro quiso añadir a este respecto: “La fuerza con la que el laicado puede asumir el carisma de los Institutos religiosos es impresionante. ¡Cómo me gustaría a veces oír intervenciones en sus sacerdotes como las que escucho en sus laicos!”