AÑO DE SAN ANTONIO MARÍA CLARET EN LA ARQUIDIÓCESIS DE SANTIAGO DE CUBA

Mar 5, 2021 | Antillas, Familia Claretiana, La Congregación, MICLA, San Antonio María Claret

La Maya, Cuba. El pasado 16 de febrero se cumplieron 170 años de la llegada de Antonio María Claret a la Arquidiócesis de Santiago de Cuba como nuevo arzobispo. Un acontecimiento que monseñor Dionisio García Ibáñez, actual arzobispo de Santiago de Cuba, en comunión con el presbiterio y el Consejo de Pastoral Diocesano, ha decidido dar realce especial declarando el Año de san Antonio María Claret en toda su arquidiócesis, el cual terminará el próximo 16 de febrero de 2022.

La apertura de este Año de san Antonio María Claret se inició de manera solemne con la Eucaristía en el Santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre, coincidiendo con los 170 años de la primera visita de san Antonio María Claret a dicho santuario.

«A los quince días de nuestra llegada fuimos a visitar la imagen de la Santísima Virgen de la Caridad en la ciudad de El Cobre… que es tenida en mucha devoción por todos los habitantes de la isla […]» (Aut. 510). Ya antes, en la toma de posesión del Arzobispado, había declarado: «La Prelada será siempre la Virgen Santísima. Mi forma de gobierno, la que Ella me inspire».

La Eucaristía inaugural fue presidida por monseñor Dionisio García Ibáñez, concelebrada con todos los obispos de la Conferencia Episcopal de Cuba y los sacerdotes de la arquidiócesis y la participación de los religiosos y religiosas, juntamente con los laicos del consejo de pastoral diocesano. Debido a la situación del COVID-19 no fue posible una asistencia de más personas.

En la sentida y emotiva homilía, monseñor Dionisio fue desgranando los distintos momentos de la vida de san Antonio María Claret en su etapa como arzobispo de la inmensa Arquidiócesis de Santiago de Cuba y poniendo de relieve el «espíritu misionero» como la clave de toda su incansable acción pastoral, reflejada en las misiones populares, en las visitas pastorales, en el esmerado cuidado del clero y del seminario, en la amplia promoción humana y social, en el hacer frente a las situaciones difíciles de entonces: la esclavitud, la discriminación por razas y procedencias étnicas, el deterioro del matrimonio, de la familia y de tantos hijos abandonados… No olvidó mencionar la preocupación por la educación de los niños y de los jóvenes, especialmente de los más pobres, y la fundación, juntamente con la Madre Antonia París, de las Religiosas de María Inmaculada (Misioneras Claretianas).

La presencia de san Antonio María Claret, así lo afirmó monseñor Dionisio, fue una gracia especial del Señor no solo para la Arquidiócesis de Santiago de Cuba sino para toda Cuba. Su vida, su espíritu misionero, es y sigue siendo una referencia y una fuente de «inspiración» en el quehacer pastoral y social de todos, empezando por «mí mismo como arzobispo» y de los sacerdotes, de los religiosos y de los laicos.

Esta celebración solemne de la apertura del Año de san Antonio María Claret da paso a otras y variadas iniciativas, todas ellas condicionadas por la pandemia que estamos viviendo. Con todo, se han programado celebraciones en fechas significativas, encuentros para compartir algunos aspectos de la Pastoral de Claret con grupos específicos como el clero y los seminaristas, los catequistas, religiosos, equipos misioneros, agentes de pastoral. En el Nuevo Museo Diocesano se prepara la «Exposición sobre la vida y obra de Claret», resaltando su tiempo de arzobispo de Santiago. También se irán ofreciendo, a través de los medios virtuales, estudios, investigaciones y reflexiones sobre Claret. En el espacio radial de los domingos se evocará a Claret al igual que en la revista diocesana «Iglesia en Marcha».

Se tiene pensado editar estampas, tarjetas, plegables y afiches de Claret. También algún cuadernito para la catequesis de los niños. Se cuenta poder proyectar la película «CLARET» y con otras iniciativas a realizar a lo largo de este año.

El P. Mathew Vattamattam, CMF, Superior General, escribió una hermosa carta a monseñor Dionisio en ocasión de esta importante festividad para Cuba y los Misioneros Claretianos de Antillas. En su carta, evocaba distintos momentos de la vida de Claret como arzobispo en esas tierras y le decía:

«A través de estas líneas, quiero expresarle de nuevo mi gratitud por la celebración del 170 aniversario de la llegada de san Antonio María Claret a la isla de Cuba, a la vez que ofrezco la colaboración de los Misioneros Claretianos en todo aquello que esté en nuestra mano».

A nosotros, Misioneros Claretianos, empezando por los que estamos y vivimos en Cuba, en nuestra Delegación Independiente de Antillas, en esta «viña joven» y en toda la Congregación, nos alegra el poder celebrar este año de san Antonio María Claret en esta arquidiócesis de Santiago. Una celebración «providencial e inesperada» que nos compromete a vivir y a repensar con audacia el modo de nuestra presencia en estas tierras siguiendo las huellas de Claret, a pie, a caballo, en coche, en barco y en tren. Paradójicamente, la razón principal de Claret para no aceptar el nombramiento de arzobispo de Santiago de Cuba – «mi espíritu es para todo el mundo» – fue y sigue siendo la clave para entender su vida y la nuestra.

P. Juventino Rodríguez Pérez, CMF

 

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