Luanda, Angola. La Delegación Independiente de Mâe de África y las comunidades cristianas con las que comparte camino han vivido un mes de agosto lleno de alegrías y buenas noticias. Al buen recuerdo dejado por la primera asamblea de la Delegación, celebrada en julio con la participación de casi todos sus profesos perpetuos, la familia claretiana ha añadido en agosto ocho ordenaciones sacerdotales y tres primeras profesiones.
Los nuevos presbíteros (los PP. Símone J. António, Rui Águas Luís, Awelde Jamal, David Nambele, Rodrigo de Jesus Tumbula y Francisco Tchimbaia, Estevâo Kapewa y Marcolino F. Viyanga) han sido ordenados en distintos días del mes en Sâo Tomé, Luanda y Lubango, en celebraciones muy concurridas, en las que los fieles expresaron su gozo de muy diversos modos. Los ocho nuevos sacerdotes, que habían compartido varios años de formación, cursaron sus estudios teológicos en diversos organismos (Camerún, San Charles Lwanga, West Nigeria) y sólo volvieron a reencontrarse con ocasión de la asamblea de la Delegación.
Agosto ha traído también la alegría de la primera profesión religiosa de tres estudiantes de la Delegación (Gomes Pereira B. Tchindiguile, Barnabé Bonito Sachimuco y Pedro Benevide da Costa), que emitieron sus votos junto a otros once compañeros en el noviciado Anton Probst, en Camerún el día 13. En el mismo centro iniciaron un día antes su año de noviciado dos jóvenes de la Delegación, que concluyeron en junio sus estudios de filosofía en Luanda (Angola). El día 8, por su parte, Joseph Zoa, estudiante profeso de la Delegación de Congo, renovó su profesión religiosa en Sâo Tomé, donde está realizando un tiempo de experiencia pastoral y aprendizaje de la lengua portuguesa.
La Delegación Mâe de África, creada en enero de 2019, cuenta con 37 miembros (2 novicios, 11 estudiantes de votos temporales, 1 Misionero Hermano y 23 presbíteros). El pasado curso académico 36 jóvenes cursaron estudios de filosofía y propedéutico en sus casas formativas. Las comunidades de la Delegación son cuatro: una en la isla de Sao Tomé y tres en Angola, aunque en dos de estas últimas los misioneros viven en dos sedes distintas atendiendo diversas comunidades cristianas.