Rep. Dominicana. Seguidamente ofreceremos varias cartas de grande interés, de las comunicaciones que que se han cruzado nuestros hermanos en sus visitas a Haití, y que nos han ido llegando a la redacción.
Saludos, P. Héctor Cuadrado:
Llegamos muy bien a Puerto Príncipe (Haití) con nuestros OCHO seminaristas haitianos: cuatro que viven y estudian en Santo Domingo y otros cuatro en la Casa de Acogida de San Francisco de Macorís (R. D.). Nos han acompañado en el viaje el Hº Ysaac, y los seminaristas no haitianos José Miguel Genao y Luis Enrique Ortiz. En Jimaní se unió a nosotros el P. José “Pepe” Rodríguez.
Una vez ya en Puerto Príncipe, y en nuestra casa claretiana, ubicada en el sector Delmás, hemos encontrado al P. Anistus (nigeriano) y a algunas otras personas, en ese momento en el patio de la casa. Ha sido evidente que el P. Anistus se ha alegrado muchísimo al vernos, e inmediatamente nos ha enseñado la casa muy cuarteada y sus cosas, cómo ha quedado todo después del terremoto. Me parece que él está más animado ahora. Después nos acercamos a Nazon, donde viven los familiares de dos de los seminaristas. Visitamos estas dos familias y nos estremecimos con tristeza al saber lo peor: que la madre de uno de ellos había muerto, y también un sobrinito de Jean Edouard.
De regreso a Jimaní, hemos ido dejando por el camino a los demás seminaristas claretianos, según la ubicación de las casas de su familia. El pasado viernes por la noche, Remy ya recibió noticias de su familia en Kazal: gracias a Dios, todos están bien, en sentido general. El P. Beauplan (primer claretiano haitiano, ordenado sacerdote sólo hace unos meses) está en la otra comunidad claretiana, en Kazal, a unos cincuenta kilómetros de la capital. Desgraciadamente no le pudimos ver. Tampoco el P. Anistus se ha podido comunicar con él desde que partió de Puerto Príncipe, al día siguiente del terremoto. Los correos electrónicos están entrando poco a poco a Haití, según nos dijo el mismo P. Anistus. Los seminaristas, conforme sepan la situación de sus familias, irán comunicándola a Anistus. Lo que ha ocurrido en Haití es inaudito, increíble, pero cierto. Vimos muchas brigadas removiendo ya escombros… Ahora estamos, y nos quedamos, en nuestra comunidad de Jimaní (frontera con la Rep. Dominicana), apoyando a los PP. Roselio y Pepe en la atención y cuidado de los muchos heridos que están siendo atendidos en el hospital del pueblo y en el Centro Social de nuestra parroquia; en mi caso, estaré aquí hasta el martes 19 de enero. Saludos a todos. Sigamos orando, unidos en solidaridad misionera.
Un abrazo,
José Camilo Minaya, cmf.