Haití. … No sé por qué me ha tocado vivir los tres eventos duros e historicos en la vida del país haitiano: la violencia política seguida del exilio de Aristid, los huracanes, y ahora el terremoto. Y de todo salgo vivo. ¡Dios es grande! No hay palabras para describir lo de ahora. … Cada vez que salgo y veo la ciudad me pregunto: ¿estoy soñando o es verdad lo que veo? ¿Éste es el Pto Ppe que he conocido desde 2000? Pero no es un sueño, es una realidad. ¿Cómo sobrevivimos el P. Beauplan y yo? ¿Cómo es que la casa no se nos cayó encima? En fin, son las tantísimas preguntas que otros ya no pueden hacerse porque ya no están.
Murió el arzobispo con otros sacerdotes, monjas, seminaristas, laicos, etc. Muchas iglesias cayeron derrumbadas. Por supuesto la nuestra de San Antonio Maria Claret, en Nazon, también cayó, pero no había nadie dentro a esa hora, sólo dos personas encima y cayeron junto con el techo de la iglesia y así se salvaron. Seguimos durmiendo en el patio de nuestra casa porque dentro no podemos, es peligroso. Millones de haitianos duermen en las calles también…
Un abrazo. Anistus