Songo, Cuba. Entre el 24 y el 25 de octubre el huracán “Sandy” tocó tierra en el oriente de Cuba, cruzando la isla de sur a norte y causando a su paso muerte y destrucción.
El huracán también ha azotado otras islas del Caribe, como Jamaica, Haití y República Dominicana y se ha dirigido hacia la Florida en los Estados Unidos.
El P. Miguel Fariñas CMF, uno de nuestros hermanos misioneros de la comunidad de Songo-La Maya (Arquidiócesis de Santiago), habiendo logrado comunicarse con una hermana suya, ha aprovechado para hacernos llegar algunas noticias de la terrible situación que se vive en este momento en esa comunidad.
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Dispensad que os envíe el texto de un email a mi hermana. Pero estamos sin luz después del paso terrible anoche del huracán Sandy y no sabemos cuándo la volveremos a tener. Ahí os cuento algo hasta que podamos mandaros algunas fotos. Dispensad. Saludos cariñosos para todos. ¡No se nos olvidará este día del P. Claret! Los de Santiago también han sufrido algún desperfecto en la Casa…. De los de Guantánamo no sabemos nada por el momento.
«Querida hermana:
Aquí ha pasado con toda su fuerza el huracán. De 12 de la noche a cinco de la mañana. Ha hecho muchísimo daño. Hay muchas casas dañadas seriamente. los campos arrasados sin árboles. El maíz destrozado. La Iglesia nuestra de Songo (…) se ha venido totalmente abajo. Sólo ha quedado el suelo. Todas las maderas se las han estado llevando la gente para arreglo de sus casas. También se han llevado algo más (algún cáliz, bancos..). Hemos podido salvar algunas cosas: el santísimo, los libros de Misa, la imagen de la Virgen de la Merced y otra de la Caridad (aunque no creo que se puedan restaurar), algunas estaciones del Via Crucis y poco más…También hemos salvado las albas, aunque mojadas, al igual que las casullas y estolas. También se las estaban llevando. Allí, como te digo sólo ha quedado el suelo. La Maya ha sido bastante castigada. Ahora vengo de ver a algunas familias que se han quedado sin nada y están recogidas en una escuela. A otras 10 personas las hemos llamado para que coman en nuestra casa. Es un desastre y sólo hemos podido visitar Songo pues los postes de la luz están por los suelos y han caído muchos árboles a la carretera.
Estamos sin luz y yo te estoy escribiendo con lo que me queda de batería en el ordenador. Estaremos varios días sin luz. Songo está todavía peor que La Maya. Veremos a ver cuándo podemos restaurar la Iglesia y si ahora nos dan permiso rápido para rehacer la obra, que será mucho más cara que la reforma que pensábamos hacer. Dios dirá.
Estamos tranquilos dentro de lo que cabe y esperamos que todo sea para bien. De verdad. Nosotros estamos bien los tres. La casa se nos llenó de agua y la Iglesia (a pesar de lo nueva que es). El viento se llevó un techo que acabamos de poner hace unos meses para el salón multiusos del que te hablé en su día. No tenemos noticias de otras zonas de nuestra parroquia más montañosas (como el II Frente); ni de Baltoni. Nos tememos lo peor.
Te estoy escribiendo muy rápido para gastar la menor cantidad posible de batería. Sólo quiero que sepas que estamos bien y que hagas una cadena de oración por todas estas gentes que tanto sufren en una zona tan deprimida como ésta. El teléfono móvil está ya casi sin batería. El fijo puede funcionar a veces (…).»
Miguel, cmf