La Encuesta sobre la vida en comunidad se realizó entre los meses de marzo y abril de 2019, como uno de los pasos preliminares para preparar materiales de apoyo de cara a facilitar una reflexión interdisciplinar sobre la vida en comunidad con miras a fortalecerla dentro de la Congregación, según lo estipulado por el XXV Capítulo General (MS 70.5).
La Encuesta consistió en 10 ítems (8 preguntas cerradas y 2 abiertas) y se formateó y distribuyó a través de Survey Monkey a los miembros de la Congregación. 720 miembros respondieron a la encuesta, dando una tasa de retorno de alrededor del 32%, que corresponde a las tasas de retorno promedio de las encuestas. De estos 720, el 71.7% se identificaron como miembros de un servicio pastoral en equipo; el 24.8% como individuos que trabajan en un ministerio específico dado por la comunidad y recibido de ella; y el 3.5% como personas mayores que se unen a la misión comunitaria a través de su ministerio de intercesión y ofrecimiento de sufrimiento.
La Encuesta generalmente ha arrojado indicadores favorables sobre la vida comunitaria. Los encuestados creen que hay un buen sentido entre los miembros en cuanto a que su vocación es una con-vocación a través de la vida común y la misión compartida en comunidad. Existe un nivel bastante bueno de aprecio, bienvenida e integración de las diferencias personales y culturales de los individuos dentro de las comunidades. Los encuestados se consideran abrumadoramente que son bastante buenos o muy buenos a la hora de apreciar y afirmar a los demás miembros de sus comunidades.
Sin embargo, la calidad de dar y recibir estímulos y correcciones fraternales dentro de los Organismos Mayores se mueve mayormente en términos medios, lo que indica que hay espacio para mejorar. El uso de la guía y el poder en el ejercicio de la autoridad dentro de los Organismos Mayores también está justo por encima del promedio, lo que indica otra área en la que se puede mejorar la vida. La disparidad entre algunos de los parámetros plantea la pregunta: ¿Ser felices y afirmarnos unos a otros en comunidad se basa en que los miembros no están dispuestos a ofrecer y recibir la corrección fraterna de manera constructiva?
De los desafíos presentados y según el orden de clasificación, el individualismo en crecimiento ha sido identificado como el mayor desafío por encima de cualquier otro desafío. Las siguientes dos dificultades identificadas son las dificultades en la vida intercultural e intergeneracional, así como el influjo de las redes sociales que reducen la calidad de vida de la comunidad. En cuanto a la acentuación (énfasis) que la Congregación ha abrazado para sí misma, los participantes creen que la comunidad llamada y enviada por la Palabra de Dios, la vida en comunión como el primer acto de la misión y la comunidad configurada por la Misión son las más importantes acentuaciones en el mundo vital de la Congregación.
Los últimos dos elementos abiertos buscaban pulsar algunas formas prácticas en las que los miembros han contribuido y deben contribuir a crear comunidades alegres y misioneras. Algunas de las formas más valoradas están relacionadas con el ministerio de presencia; oración compartida, liturgia, ministerio y recreación; respeto, valoración, escucha y aprecio al otro; disponibilidad; diálogo; y amor y perdón.
NOTA: Si tú eres un CMF y deseas ver el análisis detallado de los resultados, puedes consultar a tu Secretario Provincial o de la Delegación a ese respecto.