Puerto Plata, República Dominicana. El grito de las gentes de Haití, y Dios en ellos, abrieron la oración de la mañana. Los rostros, los nombres y los apellidos de aquellos con quienes se comparte la misión claretiana hacen parte de la plegaria cada día.
Tras la lectura y la aprobación del acta del día anterior, y agradeciendo los distintos mensajes que llegan a la Asamblea, el trabajo se centra en el Proyecto Misionero-Apostólico. Divididos por países de misión, se comparte cómo ponerlo en práctica en la realidad propia para el nuevo trienio, desde diferentes áreas: la de Pastoral Juvenil Vocacional y de Apostolado. Tras el diálogo en la Asamblea, el P. Jairo Pérez comunicó las ideas principales de la última exhortación de Francisco «Christus vivit», animando a todos a encarnarlas en la pastoral con jóvenes. A continuación, el P. Demuel Tavárez y el P. Héctor Cuadrado explicaron a la Asamblea el modelo de parroquia solidaria que se llevará a cabo en Puerto Rico.
Después del descanso, se continúa compartiendo los desafíos y las acciones que se consideran oportunas con respecto a la vida comunitaria, la economía y el gobierno. Todas las apreciaciones quedan recogidas para que el equipo redactor elabore el documento final de la Asamblea.
Los diálogos que se van teniendo en estos días son vivos, intensos, interesantes. Todo lo compartido hace pensar que la Delegación comparte un mismo deseo, como el P. Cabello recordó en la eucaristía de la tarde. El deseo de ser misioneros que, como Claret, anuncien que una vida feliz es aquella que se entrega por los demás.