Recordamos en este día a nuestros mártires P. Federico Vila, P. Jaime Mir y al Hno. Antonio Vilamassana, de la comunidad de Tarragona, que derramaron su sangre por Cristo.
El P. Federico Vila nació en Brull (Barcelona – España) el 13 de marzo de 1884 y murió el 11 de noviembre de 1936. Trabajó como profesor culto y ejemplar en diversos colegios claretianos y fue eximio profesor en la Universidad Pontificia de Tarragona. No obstante su categoría como investigador, publicista y notable predicador, mostró siempre una compostura modesta, delicada y sensible. Durante la Guerra Civil española de 1936 fue encarcelado en el barco Rio Segre. Conseguida su liberación por un parlamentario de Barcelona, pocas horas antes de que llegara a sus manos fue asesinado en la población de Torredembarra (Tarragona). Su causa de beatificación va unida a la del Obispo Auxiliar de la diócesis tarraconense.
El Siervo de Dios P. Jaime Mir nació el 22 de diciembre de 1889 en Ciutadilla (Lérida – España) y murió el 29 de julio 1936. Fue profesor de la Universidad Pontificia de Tarragona. Especialmente dotado para los estudios filosóficos, fue amante tanto de la ciencia como de la virtud. Murió por causa de la fe, durante la Guerra Civil española, y fue enterrado en la iglesia de los Misioneros Claretianos de Tarragona.
El Hno. Antonio Vilamassana nació en Masoteras (Lérida) el 28 de enero del 1860 y fue martirizado el 25 de julio de 1936. Fue compañero de prisión del P. Vila. Vivió y sufrió la misma situación. Tenía 76 años. Su muerte se produjo en la trágica jornada del 25 de agosto, estando prisionero en el barco Río Segre, cuando estaba fondeado en el puerto de Tarragona. En paz con Dios y con su conciencia y convencido de morir por Cristo, acudió a la llamada de los dirigentes de la FAI (Federación Anarquista Ibérica). El grupo fue conducido a la cercana ciudad de Valls y junto al cementerio fueron asesinados. La suya fue una vida sencilla y su muerte esperanzada en la vida eterna.