ALIMENTAR EL ESPÍRITU
Evidentemente, en nuestra época la lectura ha entrado en colisión con el auge de la imagen en todas sus formas. Hasta pareciera que la lectura y los libros van a desaparecer ante el impacto de la era digital y todas las formas de imágenes que pululan a los ojos de todos nosotros y, sobre todo, de las generaciones más jóvenes. Umberto Eco se refiere a esta problemática en su obra “Apocalípticos e integrados”.Es probable que la imagen, la lectura y la escritura coexistan, ya que expresan y reflejan dimensiones profundas y ricas del lenguaje humano. Cuando Claret escribió el texto que hoy reflexionamos, la escritura tomaba todo su auge tras siglos de cultura artística donde la imagen se hacía accesible al pueblo en templos y lugares públicos, mientras que los escritos eran accesibles a muy pocos.En nuestro momento histórico, nuevos lenguajes cobran vuelo y relieve; pero no excluyen a los anteriores, sino que nos invitan a realizar una rica síntesis. Para el anuncio de la Palabra de Dios y la llegada a los corazones de tantas personas hambrientas y sedientas del mensaje salvador, se nos presenta el desafío y la tarea de emplear todos los medios, y, hoy especialmente, estos medios masivos de intercomunicación.Toda la red comunicacional que vehicula la internet se convierten en un “nuevo continente” al que ya hemos llegado y en el que debemos profundizar en nuestra exploración y trazado de rutas de sentido, sin imponer, pero con la certeza de posibilitar fuentes de acceso a manantiales de vida.¿Cómo te sitúas frente a estas nuevas posibilidades de la comunicación y transmisión de la fe? ¿En qué medida afectan a tu propia vida?