Con ocasión del Día Mundial del Refugiado, que se celebra el 20 de junio, los Misioneros Claretianos respaldan públicamente la campaña ‘Una sola humanidad compartida’, impulsada por una amplia red de organizaciones cristianas.
Junto a Caritas Internacional, el Servicio Jesuita a los Refugiados y más de dos mil congregaciones religiosas masculinas y femeninas, la campaña pretende impulsar la conciencia y el compromiso con la situación de las personas que se han visto obligadas a abandonar su hogar y su tierra a causa de la guerra, la violencia, el cambio climático o los desastres llamados ‘naturales’. Naciones Unidas calcula que en este momento unos ciento veinte millones de personas han sido forzadas a dejar sus hogares; la cifra lleva doce años aumentando sin parar.
Los Claretianos, que pretendemos acompañar a estas personas en los cinco continentes y nos enriquecemos mucho con su vida y ejemplo, invitamos a aunar fuerzas para:
• Superar el miedo y rechazar las actitudes que siembran odio y destrucción.
• Fomentar la apertura, la comprensión y la creación de lazos entre personas y pueblos.
• Crear espacios de pertenencia seguros y compartidos, en los que las personas extrañas puedan convertirse en amigas.
• Promover que todos puedan acceder a oportunidades que desarrollen su potencial humano.
• Fomentar la participación en la formación de sociedades compasivas y justas.
[Desde aquí se podría enlazar a la página de la campaña, o a los manifiestos en English, French and Spanish].
La campaña ve la luz a los pocos días de que la Iglesia haya hecho públicos los mensajes del Papa Francisco con ocasión de las próximas jornadas mundiales de los migrantes y refugiados, que se celebrará a finales de septiembre, y de los pobres, que tendrá lugar en noviembre. En ambos, recordando cómo Dios sigue caminando con su pueblo, se invita a cultivar ‘los pequeños detalles del amor’: a detenerse, dedicar tiempo a las personas, acercarse y compartir.
Hay compromisos y tareas en los que nunca podemos decir que ‘estamos de vacaciones’.