El 1 de febrero, durante la Conmemoración de los Mártires Claretianos, el P. Krzysztof Gierat CMF ofrece sus reflexiones y experiencias como postulador en el proceso de reconocimiento de un individuo como santo en la Iglesia. El P. Krzysztof es el actual Postulador General de los Misioneros Claretianos. En esta entrevista, nos ofrece una valiosa perspectiva sobre las etapas del procedimiento canónico de beatificación y canonización. También comparte información sobre los santos y beatos de los Misioneros Claretianos.
Para empezar esta entrevista, y antes de preguntarte sobre a qué se dedica un Postulador General, querría que pudieses compartirnos, ¿cómo podemos identificar a un santo?
En una entrevista con Don Fabio Ciardi OMI, el Papa Francisco recordó que: El mundo necesita santos y, todos nosotros sin excepción, estamos llamados a la santidad. La santidad es la plenitud de la caridad. Todos los santos nos sorprenden, porque han alcanzado la cumbre del amor de un modo único, específico, particular, exaltando heroicamente sus propias virtudes cristianas, sabiendo que esta tarea recibida de Dios se realiza en la vida cotidiana concreta, y no siempre es fácil. No se trata sólo de obispos, clérigos, religiosos, sino de cada persona, de muchos laicos, de distintas vocaciones, profesiones, que a lo largo de su vida, y a veces en situaciones diferentes, han elegido siempre el amor.
En la historia de la Iglesia vemos a muchas personas que, confiándose y encomendándose a Él, no han tenido miedo de convertirse en testigos de Cristo. Los santos se han caracterizado por su generosidad, valentía, coherencia y humildad. Tuvieron la fuerza de ir contra corriente, pidieron a Dios el don de saber seguirlo. Siguieron a Jesús con todas sus fuerzas alcanzando una vida en plenitud. Los santos “no son héroes”, sino que son “pecadores que siguen a Jesús por el camino de la humildad y de la cruz y así se dejan santificar por Él, porque nadie se santifica a sí mismo: la santidad es fruto de la acogida de la Buena Noticia de Cristo”.
La santidad suena a antiguo muchas veces, a algo un tanto anacrónico. ¿Cómo se traduciría en la actualidad? ¿Cómo ser santo hoy?
Alguien podría preguntarse: ¿qué significa ser santo hoy? ¿Da miedo, es difícil? También el mundo de hoy necesita ser valiente para optar por Cristo y por la santidad. Personas íntegras, insertas en el mundo para llevar el soplo del Evangelio, para acarrear sobre sus hombros la responsabilidad de las situaciones difíciles, para construir una fraternidad universal, un mundo nuevo. Esto es lo que necesita el mundo de hoy. Nosotros, todavía peregrinos en esta tierra, necesitamos de la gracia de Dios en nuestro camino hacia la santidad personal, pero también necesitamos la referencia espiritual, la parte celestial de la Iglesia. Contamos con los maravillosos ejemplos y testimonios de santidad de vida, de quienes interceden por nosotros ante Dios como los bienaventurados y los santos.
Por eso, la Iglesia elige a algunos de los muchos cristianos que han alcanzado la santidad con su vida o con el martirio y los eleva a la gloria de los altares para que nos acompañen en nuestro camino de santidad.
Ahora que tenemos más claro esto de la santidad, ¿en qué consiste la misión de un Postulador General?
La Iglesia, cuando percibe la necesidad de mostrar la santidad de una persona, o cuando lo solicitan las iglesias locales, institutos religiosos u otras comunidades, se lleva a cabo un procedimiento reglado. El postulador es quien acompaña este proceso.
Desde un punto de vista jurídico, el postulador es el representante del demandante de la causa (la parte que solicita que una persona sea declarada santa), ante el Dicasterio para las Causas de los Santos y otras autoridades eclesiásticas competentes. Su tarea, por tanto, es la de seguir y cumplir puntualmente todos los pasos exigidos por el procedimiento canónico de beatificación y canonización. Dicho esto, la figura del postulador no debe reducirse en modo alguno a un papel exclusivamente jurídico. De hecho, como recoge el Reglamento, promueve y coordina la actividad de dar a conocer el candidato a los honores de los altares y favorece su intercesión. En este contexto, quisiera subrayar que antes de solicitar la apertura formal de una causa sobre la virtud o el martirio o el don de la vida, el postulador debe prestar particular atención a que exista una auténtica, duradera y difundida fama de santidad entre el Pueblo de Dios, así como signos que suelen acompañarla.
El papel concreto de un Postulador en una causa varía según se encuentre en la fase diocesana (al inicio), o en la llamada fase romana, (cuando los procedimientos canónicos llegan al Dicasterio). Por último, están las tareas del postulador en el momento de la beatificación, canonización o concesión del título de Doctor de la Iglesia. También vale la pena mencionar la labor del postulador en referencia a las reliquias y restos mortales.
Existen claretianos que ya han sido declarados santos o beatos?
Sí, los Misioneros Claretianos también tenemos hermanos excelentes que han vivido su vida misionera con el don de la santidad. Son muchos, y la Congregación de los Misioneros Claretianos quiere mostrar algunos de ellos, elevarlos al honor de los altares para que sean ejemplo, refuerzo y compañeros en nuestro camino de vida y vocación, tanto para nosotros como para todos los fieles. Hasta la fecha, ha sido declarado santo el Fundador de nuestra Congregación, San Antonio María Claret, canonizado por el Papa Pío XII el 7 de mayo de 1950. También han sido beatificados 184 mártires claretianos.
Cómo es ese procedimiento para que alguien sea declarado santo?
Para iniciar un proceso de beatificación siempre es necesaria una cierta “fama de santidad” de la persona, es decir, la opinión común del pueblo de que su vida fue íntegra y rica en virtudes cristianas. Esta fama debe perdurar y puede propagarse. Quienes lo han conocido hablan de la ejemplaridad de su vida, de su influencia positiva, de su fecundidad apostólica, de su muerte edificante.
Un candidato, para ser oficialmente santo, debe ser primero Siervo de Dios, luego Venerable y después Beato. Un fiel católico cuya causa de beatificación y canonización se ha iniciado es llamado Siervo de Dios. Tenemos actualmente tres casos en este proceso.
Al principio, el postulador designado para el proceso recoge documentos y testimonios que pueden ayudar a reconstruir la vida y la santidad de la persona. La primera fase comienza con la apertura oficial del proceso en el que se declara al candidato como Siervo de Dios. El objetivo es verificar la heroicidad de sus virtudes, es decir, la disposición habitual a hacer el bien con firmeza, continuidad y sin vacilaciones. Se debe demostrar que el candidato ha practicado las virtudes cristianas a un nivel muy alto, superior a la media. En otros casos, el objeto de verificación versa sobre las exigencias del martirio cristiano o a la entrega de la propia vida.
Entonces, cuál es la fuente principal de información para comprobar su santidad?
La reconstrucción de su vida se realiza siguiendo dos vías: escuchando los testimonios orales de personas que conocieron al Siervo de Dios y pueden relatar con precisión hechos, acontecimientos, palabras; y recogiendo documentos y escritos relativos al Siervo de Dios.
Una vez concluido este trabajo, se cierra la fase diocesana del proceso y se entrega todo el material al Dicasterio para las Causas de los Santos en Roma, que, a través de uno de sus Relatores, guiará al postulador en la preparación de la Positio, es decir, el volumen que resume las pruebas recogidas en la diócesis; es la llamada fase romana del proceso.
La llamada Positio debe probar de forma concluyente la vida, las virtudes o el martirio y la relativa fama del Siervo de Dios. Si esta complicada fase concluye positivamente, la documentación se someterá a un nuevo juicio por parte de los Obispos y Cardenales de la Congregación.
Si el juicio de este último es igualmente favorable, el Santo Padre puede autorizar la promulgación del Decreto sobre la heroicidad de las virtudes o el martirio del Siervo de Dios, que se convierte así en venerable: es decir, se le reconoce haber ejercido las virtudes cristianas en grado “heroico”, o haber sufrido un verdadero martirio, o haber ofrecido su vida según las exigencias establecidas por el Dicasterio.
Y los Misioneros Claretianos cuántos procesos tienen ahora mismo abiertos?
Actualmente, ninguna de las causas de beatificación y canonización de nuestra Congregación se encuentra en fase romana. Tenemos algunos casos anteriores a la fase diocesana, también otros han concluido el proceso diocesano y esperan, según las exigencias del derecho eclesiástico, la confirmación de un milagro realizado por intercesión de estos Siervos de Dios.
Cuántos casos están en mis manos? En un sentido amplio, todos, porque como Postulador General, llevo todos estos casos en nombre de mi Instituto, pero cuento con la ayuda de vicepostuladores en las diversas partes de la Congregación que llevan los casos en las etapas diocesanas en mi nombre. Actualmente hay siete casos en diversas fases del proceso. Todos ellos se encuentran en la fase prediocesana.
Si alguien quisiese saber más sobre aquellos hermanos que están “camino de los altares”, ¿dónde pueden consultarlo?
Se puede encontrar información sobre estos candidatos a los altares a través de diversos estudios que ilustran sus vidas o martirios, y sin duda la herramienta más sencilla es la página web de la Postulación General https://postulgen.claret.org/ en la sección dedicada a las Causas. En ella encontramos una descripción de estos Siervos de Dios y Venerables como el Padre Francisco Crusats y Franch -primer claretiano en obtener la corona del martirio-, el Hermano Miguel Palau, el Hermano Pedro Marcer Cuscó, el Venerable Padre Santiago Clotet, cofundador de la Congregación de Misioneros Claretianos o el Padre Mariano Avellana Lasierra de Chile. También se recogen casos más recientes que están a la espera del inicio formal del proceso en la fase diocesana, como la causa del martirio del P. Rhoel Gallardo, misionero claretiano en Filipinas.
En la página web de la Postulación podemos encontrar también otras informaciones sobre la misma Postulación, los contactos necesarios y material de información litúrgica, así como una presentación de los beatos claretianos que ya han sido elevados a los altares.
Para finalizar, ¿alguna recomendación? ¿Algún Siervo de Dios o Venerable que nos aconsejes encomendarnos?
Me resulta difícil nombrar a un Venerable o Siervo de Dios o Beato en particular. Se trata de una cuestión muy personal. A veces Mártir u otro Venerable que proceden de la región donde vive una persona, por lo que este Mártir o Venerable estará más cerca de su corazón, y entonces estas personas piden información u oraciones para su intercesión. Por ejemplo, el Venerable P. Mariano Avellana fue misionero en Chile, por lo que es más conocido allí y su fama de santidad y devoción privada se extiende en Chile. El Venerable P. Clotet, por ejemplo, dedicó mucha energía y tiempo, entre otras cosas, a la pastoral con sordomudos, por lo que estará más cerca de quienes son sordomudos o realizan pastoral con ellos.
Todo depende, pues, de nuestra experiencia interior, de las circunstancias de nuestra vida, a veces de la región en la que vivimos o de la intención por la que queremos rezar. En base a lo anterior elegimos a un Venerable, Beato o Santo por cuya intercesión pedimos a Dios alguna gracia. Cada uno tiene un rasgo característico, y éste es el factor decisivo por el que pedimos una gracia por su intercesión.
Me gustaría animarnos a conocer a nuestros Beatos y Santos, muchos de los cuales están particularmente cerca de nuestros corazones y de nuestra experiencia vital.
Muchas gracias por su tiempo ayudándonos a descubrir a tantos Misioneros Claretianos que están camino o ya en los altares. Hoy 1 de Febrero que realizamos la Memoria de los Mártires Claretianos, pedimos que intercedan por la Congregación.
Entrevistado por el P. José Enrique García Rizo CMF
Entrevista traducida del original en italiano.