El XXVI Capítulo General de la Congregación de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María (Misioneros Claretianos) adoptó este compromiso: “Intensificar la dimensión cordimariana de nuestra espiritualidad: confesión de Dios, revolución de la ternura (cf. EG 88, 288), esperanza de los pueblos y sueño de un mundo nuevo. Practicaremos con creatividad las devociones de nuestra tradición y de nuestros pueblos” (QC 47). Inspirada en este compromiso, la Prefectura General de Espiritualidad y Vida Comunitaria ha convocado a ocho misioneros, representativos de las diferentes áreas geográficas de la Congregación, para conformar una comisión encargada de preparar las novenas al Corazón de María para el sexenio. No se pretende dejar de lado las fórmulas propuestas en el Directorio Espiritual (cf. nn. 147-148), sino ofrecer una alternativa inspirada en los rasgos cordimarianos resaltados en Querida Congregación (cf. QC 47).

El primer año, la novena está centrada en la confesión de Dios, que es el primer aspecto cordimariano resaltado en la declaración capitular. Esta confesión se plasma en el Magníficat de María. Ya en Missionarii sumus se decía lo siguiente:

«Reconocemos agradecidos que el Señor nos ha bendecido generosamente. Aunque el pecado ha seguido y sigue dándose entre nosotros, los signos de su gracia han sido y son mucho más numerosos. Unidos a María, deseamos extender su Magníficat porque el Poderoso ha hecho obras grandes»

(MS 36)

El Magníficat es un himno que refleja la espiritualidad de los pobres de YHWH. Es como un cantar de gesta que evoca las proezas del brazo divino y traza los rasgos de Dios tal como se ha manifestado en sus acciones históricas. Centrado en el protagonismo del Señor, pasa por alto la cooperación humana suscitada por él. Cada día de la novena, siguiendo paso a paso el desarrollo del cántico evangélico, haremos alto en uno de esos rasgos o facetas que apuntan a la identidad divina revelada en su dispensación salvífica.

El esquema de la novena cuenta con cuatro partes. En la parte introductoria encontramos una monición, un canto (cada comunidad puede elegir el más conveniente), un saludo y la oración de inicio. La segunda se centra en la proclamación de un texto bíblico, seguido de un breve momento de silencio contemplativo. La tercera, titulada “Meditamos con María y sobre María”, ofrece algunas breves reflexiones sobre el tema de la novena y dos textos complementarios (ya sea de los escritos del P. Claret o de otros autores), que pueden iluminar lo reflexionado. En la última parte, encontrarán las preces, el Padre nuestro, la oración conclusiva (que será la misma para los nueve días), la bendición y el canto final. Cada comunidad puede usar este material como mejor le convenga tratando de acomodarlo a sus necesidades.

La imagen utilizada en el folleto es la del Inmaculado Corazón de María en el nuevo icono de los mártires claretianos.

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