Farafangana, Madagascar. Los Misioneros Claretianos y las Hermanas Claretianas fueron recibidos en el aeropuerto por el Obispo Gaetano del Pierro. Tras su llegada, el 18 de mayo, pasaron varios días en la capital, Antananarivo, para completar la primera parte de la documentación de residencia.
Tras dos días de viaje en dos coches, llegaron a Farafangana, la sede de la diócesis. El obispo los acompañó con afecto y un toque paternal. Se alojaron en el centro de formación de catequistas. El obispo pretendía que en los primeros meses pudieran estar en el centro de la diócesis para el primer contacto con la realidad y el estudio de la lengua. La casa tiene espacios individuales independientes, y un lugar común donde los cuatro rezan, comparten las comidas, intercambian las primeras impresiones de la realidad que les rodea y ven los pasos a seguir.
Durante estos días, ya han podido visitar dos veces a la parroquia Ankarana, el centro de la futura misión. Dijeron que la gente era muy cordial y acogedora. Dijeron que la primera tarea será entrar en contacto con la gente, aunque todavía tienen una barrera lingüística. Comenzarán las clases de malagashi el 6 de junio.
En este tiempo, ellos se encuentran con otras religiosas y religiosos que ya llevan años en la misión. Dicen que el paisaje es precioso y, sobre todo, aprecian la cordialidad de la gente que les acoge. Todos están sorprendidos por los altos precios y costes de la vida.